En la última gran operación contra el narcotráfico desarrollada en Galicia la Policía Nacional no se ha incautado de un sólo gramo de droga. Y es que las investigaciones no iban tanto contra una organización de narcotraficantes sino contra una red de “lancheros” que trabajaban para estos por encargo.

Las costas atlánticas de Galicia, Portugal y Andalucía son las principales puertas de entrada de los alijos marítimos de hachís procedente de Marruecos y de cocaína llegada de Colombia, Venezuela o México. Ésta se transporta en barcos que rara vez se acercan a tierra, y los narcos gallegos necesitan entonces una infraestructura de planeadoras para recoger la droga en alta mar -ya sea en las proximidades de las islas Canarias o Azores o del Estrecho- y desembarcarla en tierra.

Manuel Abal Feijóo, un cambadés que empezó como peón de los Charlines y que luego se labró una fama de excelente piloto de planeadora, tejió desde la operación Nécora -de la que salió limpio de polvo y paja- una compleja red de “lancheros” que alquilaba sus servicios a los narcotraficantes interesados en recibir un alijo.

Con el tiempo, Abal Feijóo, más conocido como Patoco, logró disponer de la mayor infraestructura de narcotransportistas de toda Galicia. Tenía bajo sus órdenes a fabricantes y vendedores de planeadoras, a transportistas, a mecánicos que las arreglaban a escondidas, a pilotos e incluso a personas que se encargaban de conseguir las enormes cantidades de combustible que necesita una planeadora tan potente para un viaje de ida y vuelta de Galicia a Gibraltar o las Canarias.

La última gran operación contra el narcotráfico de Udyco y Greco -dos unidades de elite- de la Policía Nacional iban dirigidas precisamente contra este entramado cosido con paciencia por Patoco, y que se quedó huérfano tras la muerte de Abal Feijóo en un accidente de moto, en noviembre pasado.

Esta operación ha permitido desmantelar “la mayor organización de lancheros de Galicia”, según el comunicado oficial de la Policía Nacional, y es la segunda fase de la Tabaiba, un operativo que se inició a mediados de enero pasado, tras el alijo de 3.600 kilos de cocaína en una playa de la Costa da Morte.

Desde que se inició esta operación, hace tres meses, se ha detenido a un total de 34 personas -en esta segunda fase los arrestados son 28, según la Policía- y se han incautado doce lanchas rápidas, dos yates, dos barcos pesqueros, motores fueraborda, grúas y tractores para remolcar las embarcaciones, tres camiones, dos todoterreno y 180.000 euros en efectivo.

La Policía está muy satisfecha con esta operación porque “es la primera vez que se ha conseguido imputar delitos contra la salud pública a personas de diferentes actividades, que aportaban a los transportistas de estupefacientes medios y apoyos a sabiendas de su utilización en el tráfico de drogas”.

La investigación se inició en julio de 2007 sobre Patoco, al ver las fuerzas antidroga que la nómina de sus clientes -narcos que necesitaban traer la droga a tierra y guardarla durante algún tiempo - no hacía más que crecer. Su muerte obligó a echar el freno durante algún tiempo, pero las pesquisas se orientaron entonces a sus herederos, entre los que se encontraban varios familiares suyos y dos antiguos socios, Juan Carlos Fernández, O Parido, y Baltasar Vilar, Saro, que ya están en prisión.

Luis Davila

La lancha varada en Nigrán cuesta una fortuna

La organización disponía de numerosas lanchas, pero la “joya de la corona” era tal vez una impresionante planeadora de 18 metros de eslora que se construyó en Italia y que estaba armada con siete motores de 300 caballos cada uno. Su fabricación costó más de un millón de euros, pero al final acabó abandonada en Nigrán, a mediados de febrero.

Parece ser que los familiares de Patoco quisieron continuar con el negocio y que intentaron realizar un alijo, pero por razones que se desconocen las cosas no salieron bien y terminaron varando la planeadora en la playa de Area Fofa. Dentro dejaron pan fresco, café, agua, cervezas y hasta productos congelados y en el mar apareció flotando una mochila que contenía unas hojas de ruta que fueron analizadas por la Guardia Civil, y que también examinó la Policía para la presente operación. La red del finado Abal Feijóo también está relacionada con el incendio intencionado de una planeadora en Imo-Dodro, el pasado Jueves Santo, y que respondería a una especie de guerra por el poder.