La Resurrección puso ayer el broche de oro a la muy intensa Semana Santa de Paradela (Meis). La realista representación encogió el alma de los numerosos fieles que rodearon el atrio de la iglesia de Santa María para ver de cerca la perfecta escenificación de esta parte del Nuevo Testamento.

Cofrades, soldados romanos, ángeles, apóstoles, María Magdalena, la Virgen María, Jesús Resucitado llenaron el perfecto escenario dibujado por los organizadores para la alegre ocasión.

Ayer se conmemoró a la perfección aquella dicha que tan bien narran los Evangelios y que han sabido recrear los vecinos con ese aplomo que provocan las tradiciones que, como ésta, son ya centenarias. Y es que todo se había preparado con esmero, por lo que hasta las campanas tañeron con precisión para dar pábulo a la buena nueva.

Desde lo alto, miles de pétalos rosas cayeron sobre los numerosos ángeles, sobre los jueces del Sanedrín, los Apóstoles, los soldados romanos...

Luego, siguiendo la tradición, las imágenes de la Virgen y de Jesús participaron en el Santo Encuentro, frente al altar, momentos antes del comienzo de la misa de campaña que se prolongó hasta pasadas las dos de la tarde.

Las imágenes fueron seguidas por los cofrades de Santa María de Paradela, todavía cubiertos con sus capirotes blancos y su capa dorada.

Sobre el altar, los tres sacerdotes que concelebraron la misa solemne amenizada por la coral de la parroquia y que finalmente dieron la bendición a los numerosos presentes en esta gozosa representación litúrgica.

Fue un día de fiesta que nadie en Paradela, ni siquiera en todo Meis, se han querido perder. La ocasión lo merecía, después de una larga Semana Santa en la que se representa toda la Pasión y Muerte de Jesún en la Cruz, desde la más dramática crudeza.

Se trata de uno de los actos más realistas de Galicia en esta época, con una tradición centenaria, que cada año atrae a más fieles. Paradela es cita obligada desde el Domingo de Ramos, el Jueves y Viernes Santo, y, como no, ayer.