El espacioso Miguel Hernández se convirtió ayer tarde en el lugar de diversión de los niños de Vilagarcía, un auténtico parque de atracciones gratuito del que disfrutaron a lo grande.

Familias completas se dieron cita en el recinto de Diverparque a lo largo de toda una tarde que, aunque fría a consecuencia de las ráfagas de viento, ha concebido una espléndida ocupación para el Sábado Santo.

Numerosos hinchables se colocaron a lo largo de todo el jardín, de forma espaciada, para evitar las habituales aglomeraciones en las más demandadas atracciones infantiles.

Sobre las cinco de la tarde ya habían sido colocados todos los juegos que fueron literalmente ocupados desde el primer momento por los “peques” de la casa.

Padres e hijos -también abuelos y tíos- disfrutaron de lo lindo hasta casi las nueve de la noche en que el recinto permaneció abierto y vigilado también por los monitores contratados al efecto.

Colchonetas, toboganes inflados, distintos obstáculos neumáticos garantizaron la diversión que sólo podría arruinar una tromba de agua, que en ningún momento llegó a caer. Apenas unas pequeñas gotas hicieron presagiar lo que no ocurrió en toda la tarde, pese a que algunos padres estaban deseando encontrar un lugar más recogido y calentito, pues las temperaturas en absoluto eran agradables.

Sin embargo, los niños no acusaron el frío gracias a la previsión de sus progenitores que les obligaron a permanecer abrigados y a sus contínuos saltos y movimientos. Los padres agradecieron el gesto del Ayuntamiento que en esta ocasión buscó el más deseado entretenimiento para los niños y que además era gratuito, aunque sólo se reservó una tarde.

El éxito de Diverparque obligará al Ayuntamiento a promover más actividades como ésta en próximas vacaciones.