A finales del pasado verano, un vertido contaminante de origen industrial arrasó la totalidad de la fauna del río de O Con, en Vilagarcía. Aquel cálido 25 de agosto, los técnicos de Medio Ambiente y de Augas de Galicia -un total de 25 empleados- desembarcaron en Arousa para tomar muestras, recoger animales muertos y tranquilizar a los vecinos.

El entonces delegado provincial de la consellería, Juan Froján, se personó en Vilagarcía para prometer duras sanciones económicas y administrativas para un hecho que se calificó incluso de “atentado medioambiental”. Y es que éste era el enésimo vertido que sufría el castigado río de O Con, al igual que buena parte de los cauces de la comarca de O Salnés.

La noticia llenó entonces portadas, alimentada sobre todo por el temor a que el vertido alcanzase el mar, y Medio Ambiente prometió severidad y anunció datos contundentes sobre el origen y el alcance del vertido. Poco a poco, según avanzaba la limpieza del castigado tramo fluvial, los hechos comenzaron a quedar relegados y Medio Ambiente pareció perder interés por el suceso.

El operativo de la Consellería se redujo, la mancha se controló para que no alcanzase la ría, se acallaron las protestas vecinales y los datos nunca llegaron. No trascendió el nombre de la empresa ni la sanción impuesta, y tanto se ocultó la misma que ni tan siquiera parecen conocerla en las oficinas de la Xunta.

Los vecinos del entorno de A Laxe, donde se originó este último vertido, mostraron entonces su malestar ante la gravedad del vertido, que algunos incluso llegaron a calificar como “el más importante de los últimos 10 años”, dado que la mortandad total de la fauna del río se extendía durante casi un kilómetro desde la desembocadura de O Con.

La situación insostenible en muchos de los cauces fluviales de O Salnés ha provocado, durante los últimos años, que tanto los colectivos ecologistas como muchos de los que viven en el entorno de los ríos y trabajan en sus alrededores pidiesen un endurecimiento de las políticas de sanción para los que contaminaban. Es por esto que desde la Consellería de Medio Ambiente se ha anunciado mayor severidad, llegando incluso a asegurar que los vertidos graves en los ríos se sancionarían con hasta 60.000 euros, además de abrirse un expediente para la empresa o particular responsable.

Han pasado 6 meses de este último vertido en O Con y no ha habido ni una sola noticia ni del infractor ni de sus sanción. Como el río vilagarciano están muchos de los cauces fluviales de O Salnés que transcurren cerca de zonas industrializadas, y los días pasan sin que existan sanciones para el que en su día, por lo que fuese, acabó con toda la fauna de O Con. Los vecinos afectados aseguraron en su día que las cosas, de no frenarse, seguirían repitiéndose cada día. Y es por eso que las aguas del sur de Arousa siguen, poco a poco, sucumbiendo a la contaminación.