Lo que pretendía ser una inocente entrega a las Fuerzas de Seguridad del Estado de una vieja granada de mortero de la época de la Guerra Civil, totalmente deteriorada, se convirtió en un operativo espectacular en pleno centro de Vilagarcía, que sorprendió a los poseedores del antiguo artefacto, unos vecinos del lugar de Framil, en la parroquia vilanovesa de Baión.

La historia de la granada recogida por el grupo TEDAX de la Policía Nacional en la noche del miércoles en la calle Ramón Cabanillas de Vilagarcía se remonta a hace aproximadamente ocho años.

En esa época, según explica Manuel Vistilleiro, que tuvo hasta hace pocos días el artefacto olvidado en su casa, unas brigadas de operarios con máquinas excavadoras anduvieron por los montes de Framil abriendo unas pistas. Su hijo, que en esa época tendría entre ocho y nueve años jugaba con un vecino de su edad por la zona.

El hallazgo

Los chicos encontraron semienterrado un viejo artefacto que estaba oxidado y totalmente deteriorado y lo llevaron a la casa de Manuel Vistilleiro, que era la más próxima al lugar del hallazgo.

El padre recuerda que en esa época estaba construyendo la casa familiar y, al ver a los niños que le mostraban una vieja granada, la recogió y la escondió en una caja de antiguas herramientas para que no jugaran con ella.

Puntualiza que en ningún momento pensó que ese viejo objeto pudiera constituir un peligro para su familia, pero consideró que no era algo con lo que debían jugar los niños. La familia continuó su vida con total normalidad, olvidándose de aquel viejo explosivo que siguió guardado entre las herramientas de menos uso en un rincón del bajo de la casa.

Reaparición

La casualidad hizo que volviera a reaparecer la vieja granada hace pocos días.

Manuel Vistilleiro, albañil de profesión, está de baja en su casa porque hace aproximadamente veinte días sufrió un accidente de moto que le provocó la fractura de cuatro costillas.

Un día, su esposa se puso a hacer limpieza entre los trastos viejos guardados en el bajo de la casa familiar, reencontrando el viejo explosivo. Así fue como volvieron a tomar consciencia de que tenían en su domicilio una antigua granada inservible que no sabían muy bien qué hacer con ella.

En esos días, un amigo de Manuel fue a visitarlo a casa por su convalecencia. El hombre le contó que era aficionado a los objetos antiguos y le mostró una vieja moneda que había hallado con la que se hizo un llavero que valoraba como un tesoro. El dueño de la casa le contestó que él también tenía una antigüedad en su casa que debía ser de la época de la Guerra Civil y le mostró la granada.

En esta nueva revisión pudieron advertir que la granada tenía una espoleta, por lo que creían que no había sido explosionada.

Traslado al cuartel

El visitante, con toda su mejor intención, se ofreció a llevarla al cuartel de la Guardia Civil de Vilagarcía, donde tenía una persona conocida. Cabe destacar que el dueño de la casa tiene la movilidad limitada como consecuencia del accidente de circulación que sufrió.

Además de que este cuerpo de seguridad del Estado es el que opera en Vilanova de Arousa, donde estaba la vieja granada, los amigos, albañiles de profesión, son conscientes de que son los guardias civiles los que inspeccionan los explosivos que se utilizan en canteras y obras donde tienen piedras de gran tamaño.

El hombre metió la vieja granada en su coche y se la llevó para entregarla en el cuartel. Tampoco le dio gran importancia, dado el estado de la vieja granada, hasta que el miércoles a última hora de la tarde se encontró con el agente de la Guardia Civil que conocía en la calle Ramón Cabanillas, a unos aproximadamente trescientos metros del cuartel y le mostró el artefacto con intención de entregárselo, cumpliendo así con la promesa que le había hecho unos días antes a su amigo.

Gran despliegue

El guardia civil, al ver la granada de mortero comunicó al ciudadano que debía activar el procedimiento establecido para estos casos y dar parte a la Policía Nacional que en el casco de Vilagarcía de Arousa es el cuerpo de seguridad estatal que tiene las competencias. Desde la Comisaría se llamó al grupo TEDAX de artificieros que finalmente procedió al traslado de la granada para su estudio y posterior destrucción.

La sorpresa del ciudadano llegó con el gran despliegue policial desarrollado en la zona, cortando la calle, aislando el vehículo y advirtiendo a los vecinos que cerraran ventanas, que no salieran de sus domicilios y se mantuvieran en una zona de la casa lo más alejada posible de la calle.

El operativo policial fue el establecido para este tipo de casos, pero la alarma causada entre la población fue tal que hicieron disparar los rumores, llegándose a hablar de una posible bomba, de unos explosivos que estaban a punto de estallar y otra suerte de comentarios que sorprendieron a los protagonistas.

“No soy un inconsciente. Tengo tres hijos que adoro y nunca los pondría en peligro por atesorar armas o explosivos en mi casa. Cuando vi a mi hijo y al amigo con este artefacto se lo quité porque los niños no debían jugar con estas cosas. Pero observé que era una granada vieja que estaba totalmente oxidada, deteriorada e inservible. En ese momento la hice desaparecer de la vista de los niños para que no volvieran a cogerla, y después me olvidé de su existencia durante años, hasta que por casualidad hace unos días volvimos a verla. Si supiera el lío que iba a causar nunca la hubiese recogido”, expresa Manuel Vistilleiro.

De la misma opinión es el padre del otro niño que halló, junto con el hijo de Manuel, la vieja granada de mortero.

Ahora queda todo el trámite burocrático, con declaraciones ante la Policía Nacional que inquietan a estos ciudadanos, que sólo querían entregar a las autoridades una vieja granada.

El grupo TEDAX analiza y destruye el artefacto

Los efectivos del TEDAX (Grupo de Desactivación de Explosivos) identificaron el objeto como artefacto real reglamentario denominado “granada de mortero”, de 100 milímetros por 250 milímetros. Según el parte oficial, esta granada consta de seis aletas y una espoleta. Los agentes procedieron a la inutilización de la misma sacando la espoleta.

Según el parte policial, los agentes del TEDAX se desplazaron a Vilagarcía de Arousa en la noche del miércoles, tras una llamada desde la centralita de la Comisaría local a la de Vigo, sobre las 20.50 horas.

El procedimiento seguido fue el traslado de la granada de mortero a las dependencias del Grupo de Desactivación de Explosivos para proceder a su estudio, análisis y posterior destrucción.

Los agentes policiales tomaron declaración al propietario del vehículo que entregó la granada, así como al amigo que la tuvo en su casa en Framil, Baión.