Dos presuntos extorsionadores reclamaban a un vecino de Vilanova el pago de 100.000 euros, pues le consideran el culpable de que las fuerzas y cuerpos de seguridad interviniesen recientemente una planeadora en Cabo Verde. Al parecer, los hombres ya se habían puesto en contacto en más de una ocasión con el arousano, tanto mediante encuentros personales como a través del teléfono, y le habían amenazado en caso de que no abonase el dinero.

A raíz de estas supuestas amenazas, el vilanovés -un vecino de unos 30 años de edad- puso una denuncia en la Guardia Civil, alegando que dos hombres le estaban extorsionando, y que además de amenazarle a él, le habían avisado de que su familia estaba en peligro.

Tras la denuncia, la Guardia Civil montó un operativo que consistía en una entrega simulada del dinero, y logró detener a los presuntos extorsionadores a primera hora de la tarde de anteayer martes.

Estos son J.M.P.G, un vecino de Santiago de Compostela de 32 años de edad, y M.D.N., un ciudadano rumano que vive en Vigo y que tiene 24 años. Ambos fueron puestos ayer por la mañana a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Vilagarcía, y quedaron en libertad con cargos. Por ello, deben personarse periódicamente en las dependencias judiciales mientras prosigue la instrucción del caso. Fuentes oficiales indican que ni los dos detenidos ni el vilanovés cuentan con antecedentes penales.

Operativo espectacular

Por indicaciones de la Guardia Civil, el vilanovés se citó con los presuntos extorsionadores junto a la iglesia parroquial de Vilanova a la una de la tarde del martes, con el fin de pagar el dinero que estos le reclamaban. J.M.P.G. y M.D.N. acudieron a la cita en un vehículo, pero en vez de encontrarse al arousano se dieron de bruces con un espectacular operativo de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de Pontevedra de la Guardia Civil.

Más de una veintena de agentes, muchos de ellos de paisano, abordaron a los dos presuntos extorsionadores y los inmovilizaron y esposaron casi sin darles tiempo a bajarse de su propio vehículo. Posteriormente, los condujeron a dependencias policiales. El dispositivo fue presenciado por algunos vecinos que en ese momento se encontraban en las inmediaciones de la iglesia, y también lo padecieron algunos “conductores”, pues la Guardia Civil había cerrado las calles con sus vehículos por motivos de seguridad.

Los arrestados no portaban arma alguna en el momento de la detención, y por el momento están abiertas varias posibles líneas de investigación.