La plaza de Galicia fue el meollo de la campaña policial emprendida ayer por la mañana por la policía contra la anarquía de los peatones vilagarcianos que cruzan por el sitio más cómodo y sólo en ocasiones por el paso de cebra.

Ayer los tres agentes comprobaron esta mala costumbre de muchos ciudadanos de a pie muy "preocupados" en buscar la línea recta para llegar antes a su destino, sin importarles el tráfico de vehículos.

Si a finales de la pasada semana, los agentes impusieron al menos dos multas de 90 euros a peatones reincidentes y "protestones", ayer la situación fue más de reproche, de explicaciones y de información individualizada.

Pero en ese contexto surgieron situaciones de lo más comprometidas. En apenas unos minutos uno de los policías impidió a docena y media de personas que atravesasen en plena curva, la que hace el giro desde Conde Vallellano a Arzobispo Lago.

También una pareja joven que consiguió cambiar de acera tuvo que volver sobre sus pies y por el mismo sitio hasta el lugar de origen_ -aunque esta vez protegidos por la vigilancia del guardia- , para dirigirse al paso de peatones más próximo.

En este tiempo, otra señora, de unos 50 años, se mostró dubitativa y prefirió esperar un "interminable minuto" en una esquina a que el guardia estuviera despistado para atajar en el cruce. La mujer fue finalmente observada por el guardia y recibió la consabida reprimenda.

Otros muchos no tuvieron que pasar tan mal trago pues al más leve gesto de cruzar mal la calzada ya eran dirigidos por los guardias hacia el paso de cebra más cercano.

La elección del momento de la campaña informativa fue el adecuado ya que se centró en la mañana del martes, día de mercadillo, con un gran volumen de ciudadanos a pie.

El lugar fue también escogido dada la proximidad de esta tradicional feria, en víspera de las fiestas navideñas. Lo cierto es que la animación de la calle por la mañana resultaba tremenda.

La celebración de la campaña se cerró sin incidentes aunque no estuvo exenta de riesgos. Los peatones demostraron bastante despreocupación por la tarde cuando los agentes bajaron la guardia y ya no controlaban el comportamiento de los viandantes. Por la tarde, ya se podía cruzar en cualquier sitio sin que nadie reprochase esa incívica actitud.

La campaña continuará en los próximos días y también los conductores deberán moderar sus hábitos en las calles.

Todo para conseguir que acabe el año con la cifra de 39 atropellos en pasos de peatones, con cinco muertos. La idea es que a partir de mañana, la estadística baje a niveles de 2007 e incluso menos.