El espíritu de Manuel Abalo, el joven atropellado el pasado mes de mayo en un paso de cebra en A Mariña, volvió a pisar de nuevo las calles que lo vieron nacer. Cerca de 1.500 personas (según los datos facilitados por la Policía Local) participaron ayer en una gran manifestación silenciosa que recorrió el centro urbano para reclamar una condena justa para el presunto autor del atropello, Pablo Bouzas "Casti", y exigir a las administraciones competentes la ejecución de medidas de seguridad que frenen la oleada de atropellos en la capital arousana.

La marabunta humana salió de la Praza de Galicia diez minutos después de las doce del mediodía. Con una pancarta xilografiada con la foto del joven de Guillán la hermana de la víctima, Natividad Abalo, su novia, Cristina Bravo y sus amigos más cercanos marcaron el paso de una manifestación que transcurrió ágil y en un silencio sólo roto en ocasiones por el pitido de algunas bocinas lejanas. Unos pasos atrás los padres de Manuel Abalo que, en momentos puntuales de la marcha, no lograron contener la emoción. Junto a ellos, en todo momento, la presidenta de Stop Accidentes Jeanne Picard.

La manifestación transcurrió tranquila por la calle de Castelao, Arzobispo Lago y Conde Vallellano. Fue en el momento en que la cabecera enfiló el primer tramo de la avenida de A Mariña cuando los murmullos que se escuchaban de vez en cuando se apagaron por completo.

La comitiva, en la que no faltaron la alcaldesa y representantes de todos los grupos políticos de la Corporación, se paró en seco en el paso de peatones ubicado justo delante del pub Dolce Vita donde se produjo el trágico accidente el pasado 11 de mayo. Cinco minutos de silencio sepulcral sirvieron para justificar los lemas que muchos jóvenes lucían en sus pancartas como "Nunca te olvidaremos" o "Siempre estarás entre nosotros".

Decenas de personas que en un primer momento observaban a la comitiva desde la acera se sumaron en señal de solidaridad, por lo que la serpiente humana se había agrandado varios metros cuando la manifestación pasó nuevamente por la Praza de Galicia en dirección al edificio de los juzgados.

Allí, en una plataforma ubicada en el parque de O Cavadelo, la hermana de Manuel Abalo, Natividad, pronunció con voz alta y clara un manifiesto de agradecimiento, apoyo, condena y reclamaciones.

Los manifestantes asintieron ante la definición que Natividad Abalo hizo de su hermano al que calificó de "sano, fuerte, alegre y con un gran corazón". Natividad denunció la "falta de conciencia y de sensibilización de la persona que lo atropelló" y sentenció con un "debe cumplir y pagar por lo que hizo y no quedar impune".

No fue el único

Abalo no fue, de todos modos, la única víctima de atropellos recordada ayer en Vilagarcía. Pese a que su foto era la más repetida en la cartelería, no fue exclusiva. Escondida y emocionada entre las primeras filas, la nieta de María Dolores Bergantiños "Lolecha", fallecida tras un atropello en Conde Vallellano, portaba una foto de su abuela. Un homenaje anónimo lleno de sufrimiento.