El puente de la Constitución es la fecha señalada por muchas familias de la comarca para desempolvar los detalles navideños que llevan un año descansando en el trastero y volver a colocar el Belén y el arbolito en el salón. Este año, pese a que se ha notado un claro descenso de decoración callejera por parte de particulares, siguen siendo muchos los que intentan innovar en los motivos festivos que colocan en sus ventanas o en sus jardines.

Hizo furor hace un par de años y, como no, aquellos que apostaron por él se ven ahora en la obligación de amortizarlos. Los Papá Noel escalando por el balcón siguen siendo, sin lugar a duda, los elementos más rompedores de los balcones vilagarcianos aunque son muchos los que, aún pasadas las fiestas, se olvidan de retirarlos y se quedan colgados en los balcones hasta bien entrado el mes de marzo. Los muñecos de Papá Noel entraron con fuerza a través de los establecimientos chinos que empezaron a comercializarlos por unos pocos euros y que introdujeron de esta forma un elemento a un espacio que, hasta ahora, estaba copado por los Reyes Magos. De todos modos, hay muchos balcones, como algunos de Catoira o incluso de Cambados, que se resisten a decidirse por una u otra figura y, quizás por miedo a que su regalo sea una bolsa de carbón, no dudan a colocar a las cuatro figuras en su balcón. Lo de que sea innovador, ya es según los gustos.

Otros fans de la Navidad se preocupan porque su particular Papá Noel se adapte bien a la climatología gallega y, por ello, como pasa en algún balcón de Os Duráns, no dudan en colocarle un paraguas casero para evitar que el muñeco coja la gripe. Todo un espectáculo.

Las que más triunfan

Pese a la fuerza con la que en los últimos años están entrando estas figuras navideñas, bien es cierto que las reinas de la noche de diciembre siguen siendo las luces multicolores. Hasta no hace mucho eran las que daban un toque distinto al árbol, pero con el tiempo han ido incluso formando figuras de un Papá Noel en trineo o de un portal de Belén entero en la totalidad de la fachada de una casa, como ocurre en algunas partes de Vilanova y Vilaxoán. Eso sí, la mayoría son de bajo consumo, para que a pesar de la crisis no se merme el espíritu navideño ni los euros del bolsillo de cada cual.

De momento no hay ninguna normativa municipal en ninguno de los ayuntamientos de la zona de Arousa que regule este tipo de decoración navideña ni que premie a los más originales e innovadores aunque, a juzgar por el gusto de algunos, quizás estaría bien empezar a planteárselo.