A eso de las 10.30 horas algunos de los supervivientes del accidente marítimo abandonaban sus habitaciones en un hotel situado en el centro de Vilagarcía y se subían a los taxis que los llevarían a la zona portuaria. Allí eran embarcados y trasladados hacia A Pobra do Caramiñal, para volver a subir a su mercante y ayudar a trasladarlo al puerto vilagarciano.

Antes de regresar al lugar de los hechos, los marineros filipinos consultados confirmaron lo ocurrido y relataron la experiencia vivida, aunque sorprendentemente lo hicieron con más entereza de la que cabría esperar.

"Falta un compañero, que pudo haberse quemado en el incendio o morir intoxicado mientras dormía", explicaba Rodycastro, uno de los tripulantes, antes de que se localizara al cadáver. "Parece que no se enteró de lo que ocurría y se quedó dormido", apostillaba horas después otro de los afectados.

"Eran las tres de la madrugada" y la mayoría de la tripulación, formada por 18 filipinos, 3 griegos y un ucraniano, estaba durmiendo cuando se declaró el incendio, "en el segundo piso del puente de mando".

"Salimos corriendo de los camarotes e intentamos apagar las llamas con ayuda de extintores y agua, pero las llamas se extendieron rápidamente y resultó imposible controlarlas", añadía otro de los marineros. Mientras luchaban contra el fuego,"el capitán se encargó de pedir ayuda y rápidamente vinieron a rescatarnos", explicaba uno de los tripulantes que se salvó de este percance sin sufrir ni un rasguño.

La mirada perdida

Al lado, con el gesto mucho más serio, visiblemente asustado y la mirada perdida, se encontraba uno de los heridos que fueron atendidos en el hospital. Cubierto con una manta, con un parche protegiéndole el ojo derecho y un vendaje en un dedo, este marinero filipino confesaba haber sentido miedo y haber pasado mucho frío.

"Salvo el primer maquinista, el capitán y el segundo oficial, que son griegos, los demás somos de Filipinas, al igual que el tercer maquinista, que es el desaparecido", señalaban los tripulantes antes de que se confirmara su fallecimiento.

Hablando en inglés y español, otro de los consultados confirmaba que el barco había acudido a Vilagarcía para descargar maíz, y tras completar esta operación "salimos de puerto, esperando viaje, para ir al siguiente destino, y por eso estábamos fondeados".

"Tuvimos suerte"

"El barco tiene unos 25 años de antigüedad", continuaba el relato de los tripulantes del Doxa. "No sabemos por qué ardió, pero tuvimos suerte, porque pudo haber sido mucho peor, y si no nos diéramos cuenta del incendio podríamos haber muerto todos".

Algunos incluso alaban el dispositivo de rescate y señalan que "en una hora y media ya estábamos a salvo, y en Vilagarcía".

"¿Miedo?, claro que pasamos miedo, pues en el primer momento no sabíamos si sólo estaba ardiendo el puente o si ardía todo el barco... Intentamos ayudarnos unos a otros como pudimos, pero al final pudimos salir todos menos uno de los compañeros", manifiestan.

Mucho frío

También señalan que en el momento del suceso "puede que estuviéramos a cero grados, por lo que pasamos mucho frío, sobre todo cuando abandonamos el barco para dirigirnos a puerto".

En cuanto al estado en el que se encuentra el barco tras este incendio, sospechan que "ya no sirve para seguir navegando, pues el puente de mando ardió completamente y eso no se repara... no hay forma de manejarlo, pues ardieron todos los equipos y también los papeles". Ahora esperan que todo se solucione para poder regresar a sus casas, "pero aún no sabemos nada de cómo regresaremos ni de cuándo lo haremos".