Ser padres de un niño autista es un reto al que tienen que enfrentarse más de medio centenar de personas en la comarca de O Salnés. Su comportamiento, a priori normal, puede derivar en agresividad, ansiedad o incluso frustración si los pequeños no son atendidos (desde una temprana edad) por personas preparadas y capacitadas para ello. La Xunta de Galicia, a través de la Consellería de Educación y como experiencia piloto en toda la comunidad autónoma, ha decidido dotar al colegio público de A Lomba (en Vilagarcía) de una aula estable que aporte a los niños autistas la educación especial que necesitan sin apartarlos del ambiente propio de un patio de recreo.

Actualmente, y durante este curso escolar, el servicio está siendo atendido por psicólogos y profesorado especializado de BATA, una entidad con sede en Vilanova y que, desde hace años, atiende las necesidades de aquellas familias que, de repente, tienen que enfrentarse al autismo.

La puesta en marcha de este servicio ha hecho saltar la alarma y, no exenta de críticas, varios sindicatos han reclamado que el aula debe ser atendida por personal de la Xunta, algo que no será posible hasta el próximo año. Y ahí está el origen del conflicto.

Distintas posiciones

Ante el anuncio de los sindicatos, varias madres de niños autistas de la comarca de O Salnés han puesto el grito en el cielo. Creen que la tan masticada palabra "integración" está presente, en casos como el autismo, "sólo en los carteles". Las madres reclaman la necesidad de dotar a todos los colegios públicos de Vilagarcía de una aula estable en la que los profesionales puedan atender a los niños autistas sin necesidad de que estos tengan que dejar de estar escolarizados.

Lo cierto es que, a día de hoy, son muchas las familias que se vén obligadas a abonar una cantidad mensual para que sus hijos autistas puedan ser atendidos por profesionales en BATA cuando, con la legislación en la mano, los menores tienen derecho a contar con un apoyo docente en los centros escolares. Algo que, por ahora, no sucede en todos los colegios de Vilagarcía.

Por otra parte, algunos padres solicitan directamente a la Consellería que un especialista acuda (al menos unas horas semanales) al colegio en el que estudian sus pequeños. Lo peor es que no siempre se les concede este servicio y, además, cuando sí pueden optar a él suele ser insuficiente para las necesidades evidentes que manifiesta el menor.

¿Por qué?

Después de las críticas suscitadas en torno al profesorado del aula estable de A Lomba, las madres dicen "no entender" la actitud de muchos profesionales de la educación que "incluso han optado por recoger firmas para que este tipo de servicios no se impartan en los centros educativos".

Por ello, algunas madres afectadas inciden en que las críticas que se están vertiendo en torno a la situación del aula estable en A Lomba son "inconcebibles" e invitan a "esos que están protestando a que vengan un día a nuestras casas para que vean exactamente cómo es vivir con un niño autista".

La falta de un profesorado especializado en los centros educativos que cuentan entre sus alumnos con algún niño autista ha provocado que la convivencia de algunos pequeños en los colegios vilagarcianos sea haciendo, según las madres, "insoportable". El hecho de que los docentes de las escuelas no estén capacitados para atender a este tipo de minusvalías hace que "el niño quede aislado y que en vez de progresar, lo único que haga es dar palos de ciego y venirse abajo". Algunas madres reseñan al respecto que "nosotras no tenemos porque sacar a nuestros hijos del colegio y mandarlos a un centro especializado en el que tenemos que pagar y donde, a contrario que lo que predican los políticos, no se está optando por la integración, sino por la exclusión".

Soluciones

Las madres afectadas e "indignadas" por el conflicto surgido en A Lomba señalan que la solución pasa por permitir a los profesionales de BATA "que vayan y que hagan su trabajo y no buscar conflictos donde no los hay". Al menos hasta que la Consellería meta mano en el asunto y envíe el personal necesario para este tipo de iniciativas.

Las madres aclaran además que el "desamparo es brutal" e inciden en que "muchas hemos dejado de trabajar por que la minusvalía de nuestros hijos así lo ha requerido y hacemos un esfuerzo brutal que no tienen porqué echarlo abajo en el colegio, sino al contrario".

Así las cosas, ellas deberán decidir si siguen enviando a sus hijos a clase o no a pesar de la polémica.