La caída de varias losetas de la fachada de un edificio ubicado en las inmediaciones de la calle Agustín Romero obligó a los servicios de emergencia de la capital arousana a acordonar la zona por miedo a que algunas de las piezas pudiese provocar algún tipo de daño personal o material pues el riesgo aún persiste.

El suceso tuvo lugar al filo de las once de la mañana cuando la Policía Local, alertada por un particular, se personó en el lugar para comprobar la dimensión de lo sucedido. Con miedo a que las losetas siguiesen desprendiéndose ayudadas por el viento que soplaba ayer en la comarca, avisaron a los bomberos que se desplazaron hasta el lugar con la autoescalera que les permitió retirar de la fachada aquellas baldosas que estaban a punto de caerse.

Mientras se realizaba todo este operativo, los agentes de la Policía Local acordonaron la zona y avisaron a la grúa municipal para que retirase varios vehículos aparcados en el entorno ante la posibilidad de que alguna de las piezas cayese encima de la carrocería provocando algún tipo de daño.

Pese a que pudo haber pasado, los servicios de emergencia señalaron que la caída de las losetas no provocó daños a ningún peatón. Pese a ello, los bomberos advierten de que la fachada del edificio se encuentra en muy mal estado y que, por ello, sería necesaria una renovación de la misma para evitar cualquier tipo de incidente similar al de ayer. De hecho, los bomberos señalan que algunas de las losas que todavía permanecen colocadas están "débiles" y que cualquier fuerte ráfaga de viento o de lluvia podría terminar tirándolas.

Otros casos

No es la primera vez que en el centro de Vilagarcía se produce un episodio similar. Hace menos de un mes varias losetas obligaban a acordonar parte de la calle Juan Carlos I por el desprendimiento de varias piezas de un edificio. En este caso los agentes de la Policía Local no se vieron obligados a retirar ningún vehículo aunque sí a establecer medidas de seguridad importantes dado que el citado inmueble se encuentra ubicado justo en la intersección de dos pasos de peatones.

En aquella ocasión no había sido el fuerte viento el causante de los desprendimientos, sino el deterioro de la fachada del edificio.