La construcción de barcos auxiliares para las bateas de mejillón se ha visto reducida de forma considerable. La crisis económica, la incerteza que produce la elaboración de la nueva Lei de Pesca de Galicia y la carencia de ayudas europeas son tres de las claves que podrían justificar este retroceso, tal y como explican tanto en los astilleros consultados como en el sector mitilicultor.

"¿Cómo voy a hacer ahora un barco nuevo si dentro de cinco años puedo quedarme sin batea?", se preguntaba ayer un productor de la ría, el cual se muestra expectante, "pues primero tenemos que saber si la nueva ley nos va a permitir seguir con el negocio o no".

"Mientras no esté claro qué va a pasar con la ley, y hasta que no sepamos si nuestras bateas van a seguir siendo nuestras, no hay ganas ni dinero de construir nuevos barcos, a lo que se añade que los bancos ya no nos conceden créditos como antes", apostilla otro bateeiro. Un tercero explica que "hay que hacer reparaciones y mantenimiento para que el barco aguante mucho más tiempo de lo que estaba previsto... cuando se solucione todo ya estudiaremos si compramos uno nuevo o hay que vender todo".

Entre los dueños de astilleros asentados en la ría también hay algunos que aluden a la futura ley y a la incertidumbre que genera, mientras que otros, por el contrario, sostienen que "el problema está en que ya no hay las ayudas europeas que había antes, y sin subvenciones se detiene la construcción de barcos".

En Astilleros Polináutica de Castrelo, en Cambados, confirman que en lo que va de ejercicio "aún no nos han encargado ningún barco mejillonero, cuando normalmente todos los años tenemos al menos uno en construcción".

O Grove

A su vez, desde Astilleros Hijos de José Garrido, de O Grove, dicen que actualmente están trabajando "embarcaciones de recreo, pero ningún bateeiro", confirmando además que en lo que va de año "aún no preparamos ninguno". También en este caso explican que en ejercicios precedentes "construíamos uno o dos barcos al año, pero ahora la cosa está parada".

Responsables de la empresa Mougán de A Illa de Arousa sostienen que "se está notando el bajón de manera muy considerable... este año aún no nos encargaron ningún barco mejillonero, y lo normal es que nos pidan dos o tres al año".

Desde Astilleros Carou, con sede en Vilagarcía de Arousa, relatan que "la crisis se nota... y mucho, pero sobre todo se nota que ya no hay tantas subvenciones como antes". Esta empresa, con más de tres décadas de experiencia en el sector, construye "uno o dos barcos de batea al año, pero en lo que va de 2008 aún no tuvimos ninguno".

La situación es compleja, pues el parón también perjudica a los que, directa o indirectamente, viven de los astilleros y el aprovisionamiento de maquinaria para las embarcaciones, cuyo precio varía en función del tonelaje, la eslora y el material de construcción empleado, de ahí que por término medio el coste de este tipo de buques oscile entre los 150.000, los 360.000 y los 480.000 euros o más.