Las administraciones demuestran cada día que lo suyo no es el transporte público. La supresión del departamento de analísis de la Casa do Mar vilagarciana ha derivado en que las muestras que se extraen en el centro hasta las doce de la mañana tengan que ser remitidas a Pontevedra. El viaje de las muestras es, al menos, de lo más curioso. Los responsables del centro vilagarciano depositan las extracciones en neveras de playa que viajan en taxi con destino al CHOP. Cada día se realiza una media de tres viajes por lo que el gasto en este tipo de transporte es considerable.

Lo cierto es que ésta no es más que una de las consecuencias, no exentas de polémica, que derivan de un servicio sobre el que ha pesado durante años "la espada de Damocles". Ahora, el Sergas parece que no va a retroceder en sus intenciones y que el área sanitaria de O Salnés, con más de 70.000 pacientes, deberá conformarse con los servicios de un Hospital Comarcal del que, aún a día de hoy, se duda de su funcionalidad. Desde la Plataforma presidida por José María Fernández entienden que la comarca saliniense tiene entidad suficiente como para contar con unos servicios propios sin necesidad de desplazarse a la capital de provincia. Además, lamentan que las decisiones se tomen "de espaldas" a los principales interesados.

Las trabajadoras del centro son las que, a priori, representan la otra cara de la moneda. En los últimos meses, el servicio se había recortado sustancialmente y, de cuatro empleados, se pasó a uno que debía desempeñar la misma carga de trabajo y con contratos renovables cada 30 días. A todo ello se le sumaba, según la Plataforma, el material "totalmente desfasado" que impedía informatizar las extracciones y adaptar las instalaciones a los usuarios. Era la crónica de una muerte anunciada.