San Juan siempre se ha encargado de robar portales. En realidad no es él, si no algunos jóvenes que inspirados por la tradición de esta fiesta hacen la habitual gamberrada, algo que normalmente no acaba en nada salvo algún que otro cabreo en la mañana del día 24.

Pero lo que está pasando en Ribadumia bien merecería la intervención de expertos en fenómenos paranormales, porque desde luego parece cosa de magia. La noche de San Juan un portal desapareció de una vivienda de Barrantes, hasta ahí todo normal. Lo extraño es que todavía no ha vuelto a su hogar, y la fiesta se está alargando demasiados días. En las últimas horas, se le ha visto en diferentes puntos del municipio, pero nunca el tiempo suficiente para que alguien lo atrapase.

Parece una publicidad o un extraño suceso digno de las crónicas de Iker Jiménez, pero no es más que una gamberrada que empieza a caer mal entre los propietarios del pobre portal. La dueña de la vivienda, sita en el lugar de Cochidas, en Ribadumia, incluso ha presentado denuncia ante la comandancia de la Guardia Civil.

Los hechos, al parecer, sucedieron de la siguiente manera. En la noche del lunes al martes, alguien forzó el portal de la vivienda para entrar al interior, produciendo varios destrozos. La casa se encontraba vacía a esas horas, ya que la dueña reside habitualmente en Pontevedra, y los gamberros se llevaron el dichoso portal.

A la mañana siguiente, la propietaria acudió a su casa y se encontró con que faltaba el cierre de la entrada, por lo que, tras comprobar que nada más había sido sustraído, acudió a denunciar los hechos a la Guardia Civil.

En el camino no vio nada extraño, pero por la noche, una patrulla del instituto armado se puso en contacto con la dueña de la casa para comunicarle que habían localizado al "fugitivo" en las inmediaciones de su vivienda.

A la mañana siguiente, por arte de magia, el portal había vuelto a desaparecer, y nadie había tenido contacto con él desde el último avistamiento. Nadie, hasta que ayer por la mañana alguien lo vio en unos contenedores en las inmediaciones del campo de Barrantes.

Y allí se ha localizado por última vez, porque alguien ha sabido convencer al portal para llevárselo con él. Una familia gitana que trabaja con la chatarra pasó a las tres de la tarde de ayer por el lugar y ya que estaba junto a la basura, se lo llevaron.

Aquí termina la historia de este portal, por ahora, claro, ya que la dueña asegura que estaba nuevo y que espera poder llegar a recuperarlo en algún momento.