Tengo más de sesenta años y recuerdo que desde niño aquí siempre hubo una fuente y un lavadero al que acudían a lavar todos los vecinos de los alrededores". Así se pronunciaba ayer un residente en Trabanca que, ayudado por un palo, trataba de escudriñar entre la maleza para mostrar una antigua fuente de agua potable. Ahora no sale ni una sola gota, y eso hace que el lavadero que está al lado aparezca también cubierto de tierra.

Es otra de las consecuencias directas de las obras de construcción de la carretera de circunvalación que se llevan a cabo en Vilagarcía de Arousa y que están llamadas a solucionar de una vez por todas la caótica ordenación viaria de la ciudad.

Los topógrafos en el puente

Aquel lugar, en Trabanca Sardiñeira, "se conoce como A Fontiña, precisamente porque aquí había una fuente maravillosa", relata otro vecino que se encontraba en el lugar, contemplando de cerca la evolución de las obras y, sobre todo, el trabajo de los topógrafos que hacían mediciones sobre uno de los puentes más grandes, y quizás el más polémico, de los construidos hasta ahora para la futura carretera alternativa que los vilagarcianos tanto anhelan.

"Hay que dar paso al progreso, pero es una lástima, sobre todo porque aquí había un merendero que ahora queda inutilizado por las obras", relataban los vecinos de Trabanca Sardiñeira. "¿Quién va a venir a merendar aquí si talaron los árboles que daban sombra y si ahora no hay agua para beber ni para lavarse las manos?", preguntaban en voz alta.

Lo cierto es que la zona fue en su momento muy visitada, e incluso el concello actuó sobre ella hace casi cuatro años para consolidarla como área de ocio y ampliar el espacio proyectado como merendero.

Quieren que se recupere

Actualmente, la zona dispone de asadores y numerosas mesas y bancos, tanto de piedra como de madera, que hasta la llegada de la maquinaria pesada estaban rodeados por los árboles y el encanto propio de un lugar tan poco conocido para el gran público como éste, lo cual incrementaba su atractivo.

"Ahora lo que tiene que hacer el ayuntamiento es coger las máquinas y, monte arriba, tratar de encontrar el origen del agua", que actualmente discurre por el trazado de barro abierto para la futura circunvalación.

Sólo localizando el origen y canalizándola de nuevo hacia la fuente y el lavadero podrá recuperarse el esplendor del entorno, sostienen los vecinos, que se preguntan además "¿para qué se invirtió tanto dinero mejorando este espacio si ahora se deja que muera?".