Carlos Rodríguez Dios, un vecino de Vilagarcía aunque afincado en Vilanova para quien el fiscal pide una condena de 13 años y medio de cárcel por tráfico de drogas, negó ayer durante el juicio que se celebró en la Audiencia Provincial que 19 kilos de cocaína que se hallaron en su chalet de As Sinas fueran de su propiedad.

Según manifestó en el transcurso de la vista, el acusado sólo reconoció que eran de su propiedad 350 gramos de esta droga que, a mayores, fueron encontrados escondidos en el interior del lavavajillas, pero asegura que desconocía que en el interior de una maleta deportiva oscura que fue localizada en el piso superior de la vivienda hubiera otros 19 kilos de esta droga.

Carlos Rodríguez afirmó que la noche anterior al registro efectuado por la Guardia Civil de su vivienda (que se produjo el 8 de agosto de 2003) salió de marcha y que una persona, de la que no sabía ni como se llamaba ni dónde vivía (era un "conocido de la noche", manifestó), le propuso que le guardase una maleta a cambio de 3.000 euros.

Cuando el Tribunal le preguntó sobre qué era lo que pensaba que había en la maleta y por qué creía que le iban a dar 3.000 euros por custodiarla, el procesado no dio otra respuesta más que "ni pensé ni quería pensar, me envalentoné" y señaló que esa noche se encontraba bajo los efectos de las drogas ya que había consumido entre 1,5 y 2 gramos de cocaína. Antes había dicho que pensaba que en la maleta había "documentos y papeles".

Esta persona afirmó durante el juicio que, entonces, era consumidor habitual de estupefacientes y que los 350 gramos de cocaína escondidos en el lavavajillas (para que no los viera su mujer, aseguró), eran para autoconsumo.

El fiscal considera que esta cantidad es suficiente para condenarle por un delito de tráfico de drogas al exceder lo mínimo para consumo, pero cree que también eran del procesado los 19 kilos que se hallaron en su chalé. "No es lógico que nadie entregue al primer desconocido que se encuentre por la calle una maleta con droga por valor de 600.000 euros", señaló.

De hecho recordó que en el domicilio del detenido también se encontró una balanza de precisión y envoltorios de plástico, que el Ministerio Público asegura que era para preparar las dosis; y una máquina de contar dinero.

El acusado aseguró que la balanza la utilizaba para "hacer las dietas de mi mujer". La esposa del procesado también declaró y señaló que su marido entonces pasaba por un mal momento económico debido a su consumo de cocaína que le llevaba a robarle dinero de su cartera. Para el fiscal ese mal momento económico no coincide con el hecho de que en cinco años se hubieran hecho con el chalé, un piso en Vilagarcía, otro más en construcción en Carril y cuatro coches.