La Cámara de Comercio de Vilagarcía explicó ayer su voto contrario al proyecto de llevar el tren a Ferrazo por el centro de la ciudad al sostener que estará caduco en un plazo de diez años. El presidente de la institución cameral, Carlos Oubiña volvió a sacar los planos del año 2000, que traza el ramal desde el Puerto hasta el polígono de Baión, paralelo al acceso que está en ejecución, que aunque resulta mucho más costoso "seguiría siendo útil dentro de cien años".

Oubiña ha sido muy crítico con la decisión del Consejo de Administración del Puerto por haber optado por la solución más simple y económica pues el proyecto, incluyendo todos los trabajos de urbanización en el entorno de Miguel Hernández y la renovación del eje ferroviario tiene un coste de seis millones de euros.

La idea defendida por la Cámara, la mayor parte bajo tierra y con nulas afecciones. supone una inversión de 140 millones, si bien Carlos Oubiña asegura que cuenta con estudios que evalúan el coste en la décima parte, unos 14 millones.

"Nunca hemos estado en contra del tren", matiza Oubiña quien pone sobre la mesa el acuerdo plenario de la Cámara en el que se aprobó el proyecto que defienden comerciantes e industriales de la comarca.

Y atendiendo a ese mandato del pleno, Oubiña manifestó ayer que como institución debe apoyar una iniciativa que generaría mucho valor añadido, al responder a las expectativas de futuro de los empresarios.

La Cámara se muestra preocupada por la rentabilidad de los proyectos pues además de su escepticismo con el trazado elegido considera inapropiada la elección de Tremoedo como polígono en el que se construya la Plataforma Logística del Puerto, a nueve kilómetros de distancia y con unas deficientes comunicaciones por carretera.

Oubiña afirma que el proyecto de la Cámara era mucho más útil para los intereses de las empresas pues preveía dicha plataforma en Baión, donde incluso estaba previsto una estación intermodal de mercancías que permitiría el cómodo trasiego de contenedores.

Sin embargo, todos estos planes han caído en saco roto y aunque los miembros de la Cámara consideran el tren como un servicio necesario y el millón y medio de metros cuadrados de suelo industrial en Tremoedo como una necesidad para la comarca, entienden que no cubrirán las expectativas de crecimiento deseadas por su institución.

Asimismo reniegan de todas las explicaciones que se ofrecieron en el último Consejo del Puerto al entender que son poco ambiciosas.

Carlos Oubiña manifiesta su sorpresa por el hecho de que se justifique el paso del tren por el centro de la ciudad en el hecho de que "como mucho pasará un convoy diario".

"Nosotros creemos que el tráfico de trenes debería ser mucho más fluido en el futuro, lo que significaría que habría un gran movimiento de mercancías en el puerto de Vilagarcía. Tenemos que apostar por la expansión en vez de limitar el número de trenes apriorísticamente", dice con cierta resignación.

Para llegar a esta conjetura incide en el hecho de que en un plazo de diez años "el cien por cien de las mercancías llegarán al puerto en contenedores". A su juicio, todo este producto no puede ser desplazado en un solo tren diario ni tampoco en camiones por carretera. Arguye además que los contenedores vacíos deben almacenarse en algún lugar no lejano hasta que se decida la nueva mercancía.

Por ello concluye que el proyecto aprobado por el Puerto en su último Consejo de Administración impedirá que sea "competitivo" y llegan a pensar que de esta decisión se beneficiarán otras radas como las de Vigo, porque serán más rentables a los empresarios. Recuerdan que en Vigo se crea una plataforma a 37 kilómetros de distancia pero bien comunicada.