El programa de rehabilitación para la puesta en valor de núcleos urbanos tradicionales ha cuajado con la misma intensidad en Carril y en Vilaxoán. Ambas parroquias han tramitado 45 peticiones para sendas reformas de viviendas ubicadas en las áreas de rehabilitación integral (ARI), pudiendo los propietarios interesados presentar sus solicitudes hasta el próximo 31 de mayo tanto en las oficinas ubicadas en ambos núcleos como en la central, situada en la calle Cástor Sánchez, en pleno casco urbano de Vilagarcía, y que ayer fue inaugurada por la directora xeral de Fomento e Calidade da Vivenda, Encarna Otero.

La Xunta subvenciona con 60.000 euros el funcionamiento de la oficina, en la que trabaja un equipo formado por el técnico en conservación y gestión del patrimonio Javier Montero, el arquitecto Iago Fernández y la administrativa Montserrat Martínez. Su trabajo se inició a mediados de enero, cuando tras recibir distintas peticiones de particulares empezaron a visitar las viviendas a rehabilitar. Hay edificaciones que datan de finales del siglo XIX y principios del XX aunque la mayoría son de los años 1950 y 1970. Montero reconoce que en sus visitas se encontraron con "verdaderas aberraciones: edificaciones que se fueron de escala, de altura y con materiales que no pegaban nada. Hay demasiado aluminio y cemento", lamenta. Aunque también reconoce que hay alguna vivienda digna de conservar y, sobre todo, "detalles a apreciar como balcones, en especial de pequeñas casas de tipología marinera, que es necesario recuperar".

Iago Fernández destaca, sobre todo, la presencia en algunas viviendas de elementos como "escaleras impecables o gruesas vigas de madera que hoy sería imposible encontrar". Explica que las viviendas dónde predomina la madera son mucho más fáciles de restaurar que las que tienen el hormigón como base fundamental: "Las construcciones de los años 70 son complicadas de rehabilitar porque en esa época se empezó a colocar hormigón. Y cuando una estructura de hormigón está afectada por la entrada de agua tienes que acabar por derribar. En cambio, la madera es más selectiva. Si en un forjado de madera entra el agua, puedes ver claramente qué pieza está dañada y sustituirla. El hormigón empieza a desconchar y no te da esa facilidad. Además suelen tener un ancho de 20 centímetros mientras que la madera no pasa de 5, y nosotros vamos a intentar siempre recuperar esas alturas".

Para ellos, el hormigón, claro, es un material totalmente prohibido "sólo lo usaríamos en caso de que fuese necesario mejorar una pequeña zona de una casa de hormigón, pero la idea es sustituir, siempre, el hormigón por la madera".

También la directora xeral de Fomento destacó las bondades de la madera, un material que precisamente ha sido muy utilizado en la rehabilitación de la oficina de Castor Sánchez. Para Encarna Otero, la obra dirigida por el arquitecto José Recuna es todo un ejemplo de lo que debe ser una remodelación. Cree que el mero hecho de ir a informarse ahí, animará a los propietarios de las viviendas a solicitar ayudas para la reforma "pues tendrán a la vista como quedará su casa una vez acabada".