Las obras de ampliación de la red de abastecimiento de agua a Vilagarcía, que desde hace un mes se llevan a cabo en la C-531, en Baión, provocan importantes atascos en la carretera general a Pontevedra, y retrasos a los conductores de hasta quince minutos.

La zona de obras interrumpe el tráfico durante los días laborable, de lunes a viernes, ininterrumpidamente desde primera hora de la mañana y hasta las diez de la noche, por lo que los más de quince mil vehículos que circulan por ella quedan atrapados tanto a la ida como a la vuelta, por la regulación de un lento semáforo de obra.

En horas punta, es frecuente que el atasco alcance el kilómetro de vehículos, por lo que algunos han llegado a permanecer hasta veinte minutos en un atasco insalvable.

Cabe señalar que la empresa se ha preocupado mucho de evitar al máximo las interrupciones, ya que la obra afecta al arcén, pero casi desde el primer día han tenido que cortar el carril de circulación. La introducción de los nuevos tubos se desarrolla de forma progresiva y una vez instalados son tapados con la máxima urgencia, para provocar los mínimos trastornos.

Las obras van a buen ritmo aunque pueda parecer lento debido a que se trata de sustituir las viejas y estrechas tuberías de fibrocemento por otras de mucho mayos grosor que permitirá duplicar la capacidad del paso del agua, desde la estación de bombeo del Umia hasta Vilagarcía.

Los trabajos se desarrollan básicamente en esta parroquia vilanovesa y apenas queda un kilómetro de longitud por terminar por lo que es previsible que en el plazo de unos diez días pueda suprimirse esta medida de tráfico en la carretera general de Pontevedra.

Es de señalar que la empresa emplea vehículos de pequeño tamaño con el fin de evitar mayores colapsos en una de las carreteras más transitadas, con un volumen de unos 15.000 o 20.000 vehículos al día, muchos de ellos de gran tonelaje.

La queja de muchos conductores es la tardanza del semáforo de obra en abrir el paso, ya que en ocasiones el proceso de rojo a verde supone una parada de cinco minutos, por lo que las filas de coches se hacen a veces interminables.

A consecuencia de esta obra, el viaje entre Vilagarcía y Pontevedra puede implicar casi los 45 minutos de trayecto.