Pontecesures fue ayer la capital gastronómica del margen sur de la ría de Arousa con la fiesta de exaltación de la lamprea, un preciado pez del río Ulla del que se sirvieron más de 1.250 raciones. Pero además, la jornada de ayer contó con un nuevo aliciente: una feria de automóviles antiguos, que hizo recordar a más de un vecino aquellos mercados de coches que se celebraron en la localidad a mediados del siglo pasado, que alcanzaron tanta importancia que en 1954 la Filmoteca Nacional grabó una película sobre la feria de ese año; película que se proyectó ayer en varios pases en la carpa del muelle.

El Concello ha quedado muy satisfecho por el resultado de la fiesta. Calculan que han pasado por Pontecesures unas 6.000 personas y que han funcionado bien las novedades, como los "pinchos" y "tapas" de lamprea, que permitieron probarla a un precio de 2,5 euros, mientras que las raciones se sirvieron a doce.

Las raciones de lamprea -se cocinaron 330 peces- se prepararon como es habitual a la bordelesa, con arroz y picatostes, y el pregón lo leyó el historiador Xosé Lois Ladra Fernández, que acaba de ganar el premio de ensayo Vicente Rico por un trabajo sobre la pesca fluvial.

"Ha sido fabuloso. Se han superado con creces las expectativas que teníamos", afirmó la alcaldesa de Pontecesures, Maribel Castro.

La tradición de los coches

Pontecesures tiene una gran tradición ligada a los coches. En 1925 y 1926 celebraron sendas ferias de automóviles de ocasión -fueron las primeras de España, pues las anteriores eran de vehículos nuevos-, y repitieron la experiencia en 1950 y 1954. El pasado año, un grupo de amigos intentó revitalizar esta tradición, y organizaron una exposición de automóviles antiguos y clásicos.

Así nació la asociación cultural "Mirándolle os Dentes", que organizó la cita de ayer y que prevé organizar otra feria en 2009, aunque en esa ocasión quieren que dure dos días y que no coincida con las fechas de la fiesta de la lamprea.

Entre los alicientes de la jornada de ayer figuró el que se considera primer coche que circuló por Galicia, un Renault Proder con matrícula PO-02, y que en la actualidad pertenece a la familia Pazó de Pontevedra. El vehículo había sido expuesto en la feria cesureña de 1954 y ayer regresó por un día a orillas del Ulla.

Además, se descubrió un pedestal de ladrillo, réplica exacta del construido en 1925, sobre el que se había expuesto el Renault PO-02. Otro de los vehículos antiguos presentes en la cita de ayer fue un camión de bomberos de 1912, cedido para la ocasión por el Concello de Santiago.

La jornada de ayer se convirtió también en un homenaje a los promotores de aquellas ferias de principios de siglo, y de hecho el evento fue inaugurado por Olga Escuredo y Rafael Sierra, hija y nieto de dos de los pioneros, Eugenio Escuredo y Salvador Sierra, que viajaron expresamente a la feria de Leipzig (Alemania) para aprender a organizar un evento de estas características.

"Ha sido algo muy bonito", añadió Maribel Castro al referirse a esta feria, que destacó la gran afluencia de gente que visitó Pontecesures ayer. "Había filas de coches aparcados de hasta tres kilómetros, que llegaban a Valga. Todo fue muy bien".