Un hijo del legendario periodista deportivo José Luis Bugallal Marchesi, que popularizó el seudónimo de "Marathon", tiene el detalle de regalarme un ejemplar de un libro, "El coloso de Rande", escrito por su padre y editado por Espasa Calpe allá por el año 1927 del pasado siglo. En la portada, sobre un fondo de cielo azul y blanco y la silueta de la tribuna de un estadio coronada con banderas, aparecen un guardameta y un delantero disputando un balón por alto. El portero va ataviado a la usanza de la época, con un jersey, una gorra visera, unos guantes y unas rodilleras, en el estilo característico inglés que lucía con tanta elegancia Ricardo Zamora. Y el delantero, con un corte de pelo de tanguista reluciente de brillantina, viste una elástica roja, se supone que como homenaje a los "héroes de Amberes", a los que el autor dedica su obra. El dibujo, que recuerda el trazo de Penagos, aquel gran ilustrador español, es de Manuel Viturro, un diplomático coruñés que fue embajador en varios países y era buen amigo suyo. Curiosamente, el libro, al modo de un partido de fútbol, se divide en varias partes, que Bugallal denomina "Peloteo", "Primer Tiempo", "Segundo Tiempo" y "Prolongación". Se trata, con toda seguridad, de la primera novela de tema deportivo que se publicó en España, pese a que Ortega Spottorno escribió en el diario ``El País´´ un artículo atribuyéndole el mérito a un amigo suyo asturiano, del que ahora no recuerdo el nombre. La historia se desarrolla fundamentalmente en la ciudad de Villamar, donde hay un equipo de fútbol, el "Victoria", que juega habitualmente en el estadio de Rande. Los nombres podrían dar pie a algún tipo de equívoco, pero basta leer las descripciones que Bugallal hace de la ciudad, de sus alrededores y de su campo de fútbol para darse cuenta de que se trata de La Coruña, del Deportivo y del antiguo estadio de Riazor, que aquí se llama de Rande, porque el autor quiso jugar con el equívoco a propósito del "coloso de Rodas", y le sonaba mejor esa denominación. En cuanto el llamado "coloso" es un joven jugador debutante, pequeño y de apariencia frágil, que tras unos inicios desesperanzadores acaba por triunfar de pleno convirtiéndose en el ídolo local. El eterno rival del Victoria es un equipo llamado "Rápido", de la vecina ciudad de Vegalonga, que juega en el campo de Riofrío. No hay que ser muy perspicaz para darse cuenta de que se refiere al Celta, a Vigo y a Balaídos. Los enfrentamientos entre el "Victoria" y el "Rápido" son definidos como "auténticas batallas campales" entre futbolistas y seguidores, y era raro que los partidos terminasen sin algún lesionado. Los tiempos que describe Bugallal han cambiado algunos hábitos pero la pasión permanece intacta. Yo me he leído el libro de un tirón porque el estilo es ameno y el costumbrismo, evocador. La Federación Gallega de Fútbol, que quizás se gasta los dineros en lo que no debe, podría haberlo reeditado para hacerle un merecido homenaje. José Luis Bugallal fue un hombre culto y elegante, que hablaba con fluencia inglés, francés y alemán, estudió el bachillerato en Friburgo y la carrera de Derecho en Santiago. En su ciudad natal le han dedicado una calle. Una hija suya también es periodista.