Un buen amigo mío -periodista y bastante más joven que yo- me regala las "Memorias" de Rafael Pérez Escolar, el conocido abogado madrileño, que fue antes juez, y dedicó una buena parte de su ya larga existencia a la política, a las finanzas, al periodismo y a mil y una actividades más, entre otras la reconstrucción del monasterio cisterciense de Santa María de Bujedo. Es un libro lleno de curiosidades, anécdotas y revelaciones más o menos sensacionales, que comienza con recuerdos de su juventud, primeros estudios, la universidad y el acceso a la carrera judicial, y termina con el escándalo de la intervención de Banesto y su ingreso provisional en la cárcel de Alcalá Meco por orden de la Audiencia Nacional. Una trayectoria procelosa que le permitió ser testigo de no pocos acontecimientos de la vida nacional, desde la fundación, junto a Manuel Fraga, de la primitiva Alianza Popular, llamada de los "Siete Magníficos", hasta los lanzamientos editoriales de Informaciones y El País, las verdaderas causas del fallido golpe de Estado del 23-F, el juicio tramposo de la colza, y la mayoría de los escándalos financieros de estos últimos años. Por las páginas del libro desfilan una serie de personajes muy conocidos, que el autor retrata según el juicio y la simpatía que le merece cada uno que, en definitiva, ese es el encanto del genero memorialístico. Así, por ejemplo hay recuerdos muy vivos de un Jesús Polanco, ya adulto, acudiendo a un acto de exaltación patriótica vestido de falangista, con camisa azul, pantalón corto y abundantes pelos en las piernas; de un Fraga que se niega a ponerse al teléfono cuando le llama el Rey, contrariado por no haber sido escogido como presidente del Gobierno en vez de Suárez; de un ex cura, Jesús Aguirre, presumiendo de su condición de "grande de España"consorte, a voz en grito etc, etc. La lista sería interminable, mereciendo un capítulo aparte la familia Botín y las actividades del Banco de Santander, que el relaciona con el fraude fiscal y el movimiento de dinero de ilícita procedencia. Ahora bien, a este amigo mío, periodista y bastante más joven que yo, tienen que haberle llamado poderosamente la atención las explicaciones de Pérez Escolar sobre la transición política española, cuyo rumbo -dice- fue controlado por los Estados Unidos en la dirección que les interesaba, desde el asesinato de Carrero a la entrada en la OTAN, o al intento de golpe de Estado del 23 F. Y en el mismo sentido son interesantes también las páginas que dedica al llamado "juicio de la colza", que define como un vergonzoso amaño judicial y político en el que se condenó a unos industriales aceiteros cuando el verdadero agente del "síndrome toxico" fue un agente bacteriológico de aplicación militar utilizado por el ejército norteamericano en una de las bases de que disponía en territorio español. En fin, que se pasa el rato leyendo el libro, y sus truculencias. La vida larga de un abogado con buena memoria siempre tiene aspectos interesantes.