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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

El equilibrio

A pesar de que la política y sus actores se acercan en cada encuesta a los puestos más altos en el índice de preocupaciones de los ciudadanos, de vez en cuando se vuelve oficio que aporta satisfacciones. Ayer, por ejemplo, la visita del ministro de Fomento a Lugo y Ourense supuso una de esas jornadas que se califican de "históricas" con demasiada frecuencia, pero que en verdad lo fue. Para el interior de Galicia y en especial para la ciudad amurallada, Patrimonio de la Humanidad y tesoro de la cultura y la historia de este antiguo Reino.

El señor de la Serna anunció la dotación de mil millones de euros para la construcción de un enlace ferroviario de alta velocidad entre ambas ciudades y que en principio se concluiría en el año 2021. Desde el punto de vista estratégico, no solo significa el abono de una deuda demasiado tiempo pendiente, sino la creación de un eje que articulará el interior del país. Y sin duda contribuirá al progreso de comarcas marginadas además de servir como herramienta clave para luchar contra la creciente despoblación del rural. Y hay que saludarlo como un gran día.

Es verdad que en la memoria de las gallegas y los gallegos quedan demasiados episodios en los que dichos y hechos no han ido de la mano. Es preciso recordarlo no para enturbiar la legítima alegría que produce el anuncio del ministro, que citó el inequívoco compromiso del presidente Rajoy con Galicia, sino para que esa alegría no haga olvidar lo pendiente. Que atañe a compromisos para saldar otras deudas y que sirva de recordatorio respetuoso de que en algunas obligaciones adquiridas, que también son históricas, hace mucho que se agotaron los plazos.

Es por eso por lo que, en esta jornada de gozo, se apela desde aquí a la memoria. Para plantear que, a la vez que se saldan deudas, existe riesgo -si no se hace con todas- de desequilibrio en estos territorios del Noroeste. Y precisamente porque Galicia ha de ser un país bien estructurado y equilibrado o no será, es por lo que cumple recordar aquellos plazos agotados y reclamar que se reactiven los propósitos solemnes de hacer lo que se prometió. Y rescatar aquello de "ciencia, prudencia y conciencia" que Domingo de Silos fijó como elementos de buen gobierno.

Así pues, con respeto y desde la gratitud por el gran servicio que se va a prestar a este país con el eje Lugo/Ourense, cumple recordar, y reclamar, una solución mejor que la actual para la conexión ferroviaria del sur de Galicia. La óptima habría sido la entrada del AVE por el sur en "L", de Ourense a Vigo y la conexión con el eje atlántico, pero dado que no parece posible de momento, ha de abordarse esa conexión con la variante por Cerdedo. Y no por motivos localistas o por intereses de grupo, sino por lo que se ha dicho de equilibrio y de estructura y vertebración que nunca se lograrán con el sur de este antiguo Reino sino marginado, desde luego relegado en el orden de prioridades. Y sin igualdad, Galicia tampoco será Galicia.

¿Verdad...?

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