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Joaquín Rábago.

Un símbolo del militarismo prusiano

El proyecto de reconstrucción de la Iglesia de la Guarnición de Potsdam, estrechamente vinculada al militarismo prusiano, preocupa a muchos demócratas alemanes por su carácter de símbolo del militarismo prusiano.

A finales del pasado octubre comenzaron por fin las obras, precedidas de una vieja polémica entre organizaciones revisionistas y grupos cristianos como la fundación Martin-Niemöller, pastor luterano internado en los campos de concentración por el régimen nazi.

La iglesia fue mandada construir por el "rey soldado", Federico I de Prusia, y desde su inauguración en 1735 no fue considerada un templo más, sino que estuvo sometida directamente a la monarquía prusiana.

Sus clérigos, siempre de la máxima confianza de la Corte, predicaban obediencia al Káiser, animaban a los soldados a luchar hasta la última gota de su sangre y fomentaban el odio al francés.

Y mientras difamaban por sistema a las fuerzas democráticas, liberales y socialdemócratas, bendecían a los regimientos que partían a la guerra y oraban por el triunfo sobre el enemigo.

Nada de eso cambió tras el final de la PGM y la caída del imperio, sino que, lejos de ello, el templo pasó a ser un lugar emblemático para las diversas fuerzas de extrema derecha, ya fuesen nacionalistas, militaristas o antisemitas.

Durante la tormentosa República de Weimar, la Iglesia de la Guarnición desempeñó un papel central, según explica el periodista Matthias Grünzig (1), en el conflicto simbólico entre dos mitos políticos.

Los republicanos apelaban al "espíritu de Weimar", que se identificaba con la democracia, el liberalismo, la tolerancia y una política exterior que volvía la espalda al militarismo prusiano.

En el otro polo estaban los representantes del "espíritu de Potsdam", que idealizaban el papel jugado por Prusia durante los reinados de Federico Guillermo y Federico II (de 1713 a 1786), se identificaban con sus conquistas militares y defendían un gobierno autoritario.

La iglesia fue lugar de reunión de los partidos y grupos de ultraderecha como el Volksnationale Volkspartein, el Stahlhelmbund der Front Soldaten (Cascos de Acero), organización paramilitar surgida tras la derrota de Alemania en la PGM o la Liga Pangermana (Alldeutsche Verband).

Fue el templo también testigo del apretón de manos, el 21 de marzo de 1933, entre el presidente alemán Paul von Hindenburg y Adolf Hitler y por tanto del bautizo del Tercer Reich.

Mientras duró este, la Iglesia de la Guarnición estuvo vinculada muy estrechamente al partido nacionalsocialista y otras organizaciones de extrema derecha.

Su larga historia permite ahora a los nuevos partidos de la derecha xenófoba como Alternativa para Alemania proyectar en ella sus nostalgias antidemocráticas y autoritarias sin necesidad de identificarse con el nacionalsocialismo, escribe Grünzig.

Al mito revisionista en torno a la Iglesia de la Guarnición contribuye el hecho de que ese templo, como todo el centro de Potsdam, capital del "land" de Brandemburgo, fuese bombardeado por los británicos el 14 de abril de 1945, cuando la guerra estaba ya prácticamente decidida.

Estuviese justificado o no ese bombardeo, como el de Dresde, no se puede ocultar el hecho de que Potsdam había sido declarada por el régimen nazi ciudad guarnición y fortaleza que era preciso defender "hasta la última gota de sangre".

Quienes abogan por la reconstrucción del templo critican a los que, oponiéndose a ella, se resignan a que se "robe" al pueblo alemán de su "identidad nacional", con lo que se culminaría la tarea de "reeducación colectiva" iniciada tras la derrota del nacionalsocialismo.

(1) En la revista mensual Blätter für deutsche und internationale Politik

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