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Perdemos todos

En defensa de los cooperantes que trabajan para organizaciones no gubernamentales

El silencio de los políticos es clamoroso, valga la paradoja. Pocos han salido en defensa de los cooperantes que trabajan para las organizaciones no gubernamentales. Apenas lo han hecho por los que son procesados por un acuerdo inhumano de la Unión Europea con las bandas libias y el dictador turco. Tampoco por defender a los honestos que siguen salvando miles de vidas humanas a pesar de los aprovechados que se cuelan en cualquier organización por digna que sea. Los comportamientos de unos pocos lastran las acciones de muchos miles. La persecución "legal" que sufren los voluntarios de Proactiva Open Arms y los bomberos sevillanos de Proem Aid por su labor humanitaria en el Mediterráneo dice mucho en cuanto a la actitud en derechos humanos de un superestado como la UE.

Como colaborador de varias ONG no me puedo callar. Deploro las lamentables conductas de aprovechados ejecutivos de asociaciones humanitarias, pero no se puede condenar a millones de activos cooperantes por el pecado de unos pocos sinvergüenzas. Gracias a unos esforzados, sacrificados y valientes colaboradores, y a audaces freelances con sus testimonios, se salvan millones de vidas de refugiados y desheredados de guerras y hambrunas. Pero las "restricciones" europeas están logrando desterrar del mar que separa la miseria de la zona acomodada, África y Asia de Europa, a cualquiera que ofrezca ayuda a los refugiados. Solamente resiste Médicos Sin Fronteras.

El escándalo levantado por una denuncia a Oxfam no solo penaliza a esta organización, lo hace a muchas otras cosas de la vida. Además de las víctimas haitianas, muchas asociaciones humanitarias y organizaciones no gubernamentales sufren por el desprestigio que conlleva la imputación. También los refugiados, los desheredados de la Tierra, las víctimas de la violencia de cualquier tipo, las mujeres, los donantes? hasta los trabajadores y colaboradores de la misma Oxfam-Intermon. Es un desastre del que todavía no sabemos su alcance pero que, con toda seguridad, traerá consecuencias para gran parte de la población.

El Gobierno británico inició su actuación pidiendo a los responsables de la organización informes de lo ocurrido con amenaza de retirar apoyo oficial. La saludable decisión ya afecta a otras asociaciones de ayuda al débil, sea de la condición que sea, pues se revisa toda ayuda y se exige información a toda agrupación humanitaria sobre su economía, justificación de recursos y método recaudatorio. Pero el pecado de unos pocos compromete no solo a la organización a la que pertenecían sino también a otras muchas similares que han de disfrutar de la presunción de inocencia. También afecta a supuestos socorridos por esas ONG que, ante el escándalo, ven mermada su asistencia por motivos éticos, económicos y emocionales. Hay retraimiento donante, retirada de subvenciones, disminuirán aspirantes a pertenecer a las ONG y merma el prestigio de estas, desprestigio que aparece muy rápido y cuesta mucho levantar.

La cooperación para luchar contra la denigración que sufren las mujeres de culturas ancestrales, de religiones anquilosadas, de sociedades machistas recibe así un impacto negativo porque cuando cae una paloma se aprovechan los carroñeros que se ven liberados de la amenaza que suponen los servicios humanitarios, muchos miles de luchadores por la paz, la justicia e igualdad de las personas. Pierden también ONG como Mensajeros de la Paz, Médicos Sin Fronteras, Medicus Mundi, Save the Children, Human Rights Watch, CARE International, Greenpeace, Amnistía Internacional, Proactiva Open Arms, Cruz Roja Internacional, Luna Roja Internacional, Acnur, Unicef y cualquier asociación de trabajadores y colaboradores que dediquen su esfuerzo, su dinero, su tiempo a luchar contra las injusticias y las guerras, contra las catástrofes naturales, contra cualquier forma anti derechos humanos. El pecado, el delito, la corrupción de unos pocos provocará nefastas consecuencias para millones de personas sufridoras de persecuciones, abusos, acosos, violencia en general. "Ante los escándalos, nos juzgan a todas igual", lamentan las ONG asturianas.

En una reciente entrevista la reportera Carmen Sarmiento decía que había sido "el altavoz de tantas personas que no pueden explicarse en la televisión" y recordó una confidencia: "Estoy aquí como jesuita por ti", le confesó un misionero. "Que la gente se muera de hambre es la muerte más infame que se pueda tener cuando hay tantos alimentos en el mundo", reivindicó en apoyo de la labor de las humanitarias ONG.

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