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Cuatro mujeres? y pico

Varios ejemplos de ciudadanía ejemplar

En la Historia tenemos noticia de mujeres excepcionales, ya por su posición social, ya por su genio: Hypatia, Cleopatra, Isabel la Católica, Marie Curie, Agustina de Aragón, María de Zayas, Sofonisba Anguisola, Santa Teresa? Y en la historia, con minúscula, es seguro que ha existido legión de ellas, ya desde las tempranas horas de nuestra especie.

Pero hoy quiero referirme a tres damas excepcionales por lo que han hecho estos días. La primera, Ana Echeverría. Su hermano, Ignacio Echeverría, perdió la vida en Londres el 3 de junio pasado por defender, con un patinete, a una mujer anónima de unos terroristas islamistas que querían matarla. Las reacciones hispánicas fueron inmediatas ante la demora del Gobierno británico en entregarles el cuerpo de su hermana y la presumida inacción o inutilidad del Gobierno español ante ello. Frente toda esa histeria -en parte constitutiva, en parte impostada, parte como parte del negocio- su respuesta, así como la de sus padres, fue ejemplar: "Esas cosas que han salido en la prensa no las compartimos. Están haciendo desde un punto de vista personal todo lo que pueden para ayudarnos y para que podamos reunirnos cuanto antes, especialmente mi madre, con el cuerpo de mi hermano". "Algo muy triste y muy duro se está convirtiendo en algo más bonito y muy grandioso, que nos hace querer más, apreciar más a nuestro hermano, a nuestra familia y a nuestros amigos, y a nuestro país". "Ciudadana y cabal", ese pleonasmo es la expresión adecuada.

La segunda y la tercera son dos hermanas ajedrecistas: Anna Muzychuk ha perdido sus títulos y premios de hasta 150.000 euros por renunciar a acudir al Campeonato Mundial de Arabia Saudí. Tanto ella como su hermana, Mariya, lo han hecho por las restricciones políticas y de vestimenta hacia las mujeres en la convocatoria. Tan admirable y razonable decisión no sólo contrasta con aquellas que deciden ir, sino, sobre todo, con las organizaciones internacionales que deciden organizar campeonatos en países que son dictaduras religiosas que marginan a las hembras. Y ya no digamos nada de los clubes españoles a los que financian esos países o de los independentistas progres, como Xabi Hernández, que ve con buenos ojos la situación de Qatar, donde trabaja. Cerremos con las palabras de Anna: "Solo yo elijo cómo visto". ¡Montera!

La cuarta mujer admirable, aunque su obra sea en tono relativamente menos trascendente, es la hostelera Belén Díaz,, que posee un negocio a escasa distancia de un hospital. Ella permite a familiares de pacientes llevar comida de casa a su negocio. "Sé lo que es pasar allí 50 días con pocos recursos", explica Belén Díaz ante la falta de un local habilitado en el centro sanitario.

Y ahora los picos. No porque las dos damas que voy a citar sean menos que las otras, sino porque lo que señalo es lo que otros apuntan de ellas. La primera es la presidenta de Andalucía, Susana Díez. La presidenta propuso ayudas para jóvenes licenciados, ya para ampliar estudios, ya para montar un negocio, ayudas que posteriormente deberían ir devolviendo a través del IRPF.

Pues bien, su jefe, don Pedro Sánchez, ha rechazado la propuesta calificándola de "liberal". ¡Fantástico! Susana Díaz, liberal.

El otro pico. Una nueva directora de Salud Mental reorganiza el servicio. Entre los trasladados figura la mujer de don Gaspar Llamazares. Izquierda Unida critica los cambios. Desde el Gobierno se alega que parte de esa protesta se debe a que es esa dama una de las afectadas. IU unida responde tildando las críticas de "machistas". ¿Machistas? Serán sectarias, acaso. Vengativas tal vez, aunque es difícil pensar en una actitud así en un Gobierno que tanto depende de IU. ¿Pero machista?

La izquierda presume de racional. Pero es difícil no ver que esa atribución no es más que una máscara para ocultar el uso mágico y manipulador que hace de conceptos y palabras, como el "liberal" de don Pedro o el "machista" de IU. Eso es hoy el constitutivo fundamental de una gran parte de la izquierda: primero inventa los eslóganes y finge la realidad, y luego cree que a ese solo conjuro y voluntad puede cambiar el mundo. O por lo menos, que es lo más importante, arrastrar a sus fieles con la emoción que el tópico despierta.

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