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La semana de A Ferrería

La circunvalación a Pontevedra y Sanxenxo

Todos los indicadores resaltan la época de bonanza que vive Galicia con respecto al turismo. Hemos vivido en 2017 un año de récord y las previsiones siguen siendo excelentes de cara a la Semana Santa y cabe pensar que, a poco que el tiempo acompañe, al verano que pronto comenzará a asomar.

Y mientras los turistas llegan por tierra, mar y aire, las infraestructuras en la comarca siguen dejando que desear. Tanto la capital de la provincia, como la principal villa turística gallega carecen de un vial de circunvalación. Especial mente grave en ésta última, donde cada verano miles de vehículos hacen largas caravanas para entrar o salir de Sanxenxo.

Apuntaba lleno de optimismo el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo esta semana en su visita a Sanxenxo para la firma del convenio de humanización de calle Progreso que esta mejora va a consolidar el atractivo turístico de Sanxenxo.

Gracias a dios, Sanxenxo tiene un encanto que le hace sobrevivir a los políticos. Lo ha hecho hasta ahora teniendo las dos principales calles de entrada a la villa, la propia Progreso y Luis Rocafort en pésimo estado dando una imagen casi tercermundista para lo que Sanxenxo representa para Galicia en el sector turístico.

Ya mejorada Rocafort por la Diputación, y eso a pesar de un sector del gobierno local que aún perdura, pero ya residual y en claro proceso de desaparición, ahora resultan necesarias otras mejoras estética en una villa que ha estado años incomprensiblemente olvidada por los políticos de aquí y de allá.

La iniciativa la tuvo en su día el actual alcalde, Telmo Martín, en la década de los 90 cuando proyectó una circunvalación que partía de la rotonda de Areas y discurría por la parroquia de Dorrón. La oposición vecinal echó por tierra aquel proyecto, pero independientemente de si el trazado era el idóneo, lo que es cierto, y nada se hizo desde entonces, es que Sanxenxo necesita como el comer un vial de circunvalación.

Conformarse con humanizar una o dos calles, que por otra parte sin tiempo no era y lo demandaban desde hace años residentes y comerciantes, es tomarle el pelo a los vecinos y a los que nos visitan.

A la capital de la provincia le cabe el despropósito de ser la única gran ciudad de Galicia que carece de circunvalación, mientras los trabajos en la A-57 entre Marcón y A Ermida van conforme lo previsto, es decir lentos a más no poder, pero es que en Sanxenxo a este paso habrá que esperar al siglo XXII, porque aquella idea de Martín ya se enterró y salvo milagro divino no se espera que resucite.

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