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Pedro de Silva

Defensa del amor de conveniencia

Lo natural es que Rusia sea nuestro enemigo, y al decir nuestro digo Occidente, y en particular Europa. Rusia está ahí, es enorme, rica en recursos, queda a caballo de dos continentes y en el fondo ve en Europa un apéndice geográfico suyo. La costumbre europea de invadirla no deja de ser autodefensa preventiva. Tras la II Guerra, Rusia corrió sus fronteras hasta el corazón de Europa, luego alzó un muro como el de Adriano, y con la caída del muro y el noqueo de la economía rusa Europa las corrió en sentido contrario todo lo que pudo. Con Putin y el precio del gas Rusia recobró músculo y estabilizó el frente, plantando un mojón (muy modesto) en Crimea. Europa debe armarse contra Rusia porque está en su carácter. Ahora bien, siendo Rusia ese vecino-enemigo con el que estamos condenados a entendernos o guerrear, deberíamos esforzarnos por comprender su raro carácter, en bien de lo primero.

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