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tRIBUNA LIBRE

Maravillosos PTV

De la escalinata del Liceo Casino iban bajando los personajes, ataviados al anácronico modo de la Pontevedra eterna que tan bien representa esta institución de la que soy socio. Era una galería de perfiles muy reconocibles, la mayoría de familias bien relacionadas con la política nacional, y jaleadas a modo de chanza por el creciente público que se iba congregando según avanzaba la noche. En la calle tenía lugar la puesta en escena, con varias mesas dispuestas a modo de cabaret o elegante piano bar. Los iba recibiendo una camarera que ejercía de narradora, mientras Vladimir cada cierto tiempo atacaba con unos dientes postizos el cuello de las damas que allí se daban cita, mostrando una predilección por la versión carnavalera de Ana Pastor.

El escenario debería estar dispuesto en lo alto de las escalinatas del casino, bajo la columnata que franquea la entrada al histórico edificio. Lamentablemente, en una decisión tan obtusa como incomprensible, la directiva del casino decidió vetar su presencia y por tanto tratar de imponer una censura inadmisible en estos tiempos de carnaval. También han decidido censurar del baile de La Peregrina (que frecuento todos los años) el smoking en las mujeres. ¡Con lo bien que les sienta! Este verano me presentaré en el baile de A Caeira con el traje de volantes y palabra de honor de mi mujer y le cederé mi smoking. Es posible que ella tenga que hacer unos arreglos y yo adelgazar 50 kilos, pero allí estaremos.

La razón esgrimida para esta insólita decisión es que el año pasado la parodia de los PTV, varios de ellos socios del propio casino, cometieron la herejía de caricaturizar al prototipo de socio del Liceo (es decir, reírse también de sí mismos) y de paso imitar a un ilustre miembro de esa centenaria sociedad, el presidente del Gobierno Mariano Rajoy.

El repaso a nuestra clase política fue muy saludable. Allí no se libró ni el Bloque ni el alcalde Lores, ni el PSOE ni Antón Louro, y desde luego ni el PP ni Mariano Rajoy y toda su parentela y amistades. A fin de cuentas son los que más poder ostentan, y a ellos y a sus puertas giratorias se debe por ejemplo que tengamos que seguir soportando a ENCE en la ría, como bien denunciaron los PTV. De eso trata en parte el Carnaval.

Reírse de uno mismo es muy recomendable, y sobre todo es un signo de inteligencia. Entre el numeroso público que se daba cita para ver el espectáculo en la noche del viernes estaba Pedro Puy, el portavoz del PP en el parlamento gallego, y posiblemente, junto a Ana Pontón, del BNG, el mejor orador de la cámara autonómica. Rió y aplaudió como todos, aunque los parodiados fuesen amigos suyos. Seguro que nunca se le hubiese ocurrido cometer la inmensa torpeza que ha retratado a la directiva del Liceo Casino.

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