De todos es conocido que los amigos no pasa como con la familia en que te la imponen, sino que los escoges.

Cicerón, romano que vivió del 106 A.C. al 47 A.C., fue el más griego de los romanos pues nos legó un tratado sobre la amistad que no tiene desperdicio.

Cicerón era republicano y abogado de un enorme prestigio y un orador excepcional pero no le tocó vivir momentos fáciles.

Julio César entró en Roma y la democracia se vino abajo. A Cicerón lo acusaron de ser la cabeza pensante del asesinato del César a manos de su hijo adoptivo Bruto. Marco Antonio, lugarteniente de Julio César, se encargó de pagar a un sicario que dio muerte al gran Cicerón.

Cicerón a través de una tertulia va haciendo hablar a Lelio sobre las bondades de la amistad.

La amistad debe ser desinteresada, pues cuando uno es amigo basado en intereses cuando éstos se vienen abajo también se rompe la amistad.

La buena amistad debe ser el final de un largo camino, los amigos se escogen y uno los va conociendo y no tienen porqué ser iguales a uno, pero lo fundamental es que ese posible amigo sea una persona de bien que tú te puedes fiar.

Una de las cosas que valoramos más es la generosidad, a tu amigo no le puedes exigir que te resuelva todo lo que tú necesitas. Pero sí que haga todo lo posible por aminorar tus necesidades.

Yo recuerdo tener algunos amigos-conocidos de muchas posibilidades económicas y nunca le pedí nada por su gran falta de generosidad.

Uno no puede consentir que un amigo te pida algo que va contra tus principios y valores. Hay una serie de aptitudes que hacen que sea más fácil hacer amigos.

Una es la alegría, los cenizos ahuyentan a la gente, la vida tiene bastantes sinsabores y es de idiotas escoger amigos que no te alegren la vida.

El ser cariñoso y afable: no ser ni distante ni hacerte el grave.

Procurar no hablar de uno mismo, sólo hacerlo cuando te lo requieran y con el afán de entretener a los demás.

Saber valorar lo positivo de lo demás, no hay nadie perfecto empezando por uno mismo.

Aquí en Galicia en tiempos antiguos a uno se le valoraba por el número de amigos que tenía, no por su capacidad económica.

Los amigos cuando son de tu temprana edad tienen un sabor especial. Los amigos son un gran tesoro en el que comunicas tus pesares y tus éxitos.

Los amigos hay que cuidarlos y preocuparse de ellos. Los más cercanos los ves a menudo, y los que están lejos hoy con los " WhatsApps" están también cercanos.

Una persona con amigos se siente fuerte y seguro.

*Miembro del Club 55