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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

Las cuentas

Ya puestos y acerca de las cuentas, sorprende la posición adoptada por el PSdeG y explicada por su Portavoz parlamentario, según la que los socialistas gallegos ven posible una "condonación igualitaria" de las deudas de algunas comunidades autónomas que las tienen multimillonarias. Una explicación del señor Leiceaga, hombre serio y experto, que dejó puntos poco claros sobre cómo se puede llevar a cabo lo que se parece en cierto modo a la cuadratura del círculo. Y es que distribuir "igualitariamente" algo que es obviamente desigual parece una tarea imposible.

(Y si quiso decir "proporcional", tendría que haber sido más preciso. Aparte de que la deuda gallega no es en su mayor parte con el FLA -Fondo de Liquidez Autonómica-, sino con otras vías de financiación a través de entidades privadas a cambio de no someterse a los "hombres de negro" de Montoro. Por eso, en opinión de quien esto escribe, el PSdeG deberían ser más cuidadoso al plantear sus alternativas porque repartir igualitariamente la quita sobre una deuda de 70.000 millones de euros y otra de 2.500, como la gallega, sería una tarea histórica.

La cuestión parece, desde el punto de vista personal de quien lo escribe, parte de un plan destinado a crear la apariencia de alternativa electoral con características diferentes. Y, de paso, menos ruidosas o estrambóticas que las planteadas por otros grupos de la izquierda gallega, que van desde un cupo como el vasco hasta una especie de Generalitat catalana que se plantea la ruptura, por ejemplo, de la caja única de la Seguridad Social. El señor Leiceaga sabe que así no se llega ni a la vuelta de la esquina y por tanto exhibe una propuesta hábil, pero con truco.

Lo peor del asunto, siempre desde la opinión de quien la da, es que algo que debería suscitar al menos un diálogo con vistas a la posibilidad, ya de por sí escasa, de un acuerdo sobre la financiación autonómica que Galicia necesita, se convierta en un elemento de la encarnizada lucha electoral. Que se irá agigantando cuanto más se aproximen las citas con las urnas -locales, europeas, generales y autonómicas-. Y que, si se complica, no aportará más que ruido y confusión, con el daño colateral -o más bien directo- para el país entero.

Expuesto todo lo anterior, que es coherente con lo dicho sobre la cuestión financiera, es probable que no estorbe la insistencia en el aviso dado a los interesados sobre la habilidad de Montoro para decir una cosa y la contraria en un plazo breve. Prudencia más que aconsejable por cuanto don Cristóbal, tras la reunión del señor Rajoy con sus barones y ministros, no dijo con tanta rotundidad como el presidente de la Xunta que "ni hablar de quitas". Se refirió a la modalidad de fraccionar los pagos de las deudas, algo más blando que lo otro, pero que, en cierto modo, significa desigualdad de trato o, al menos, preferencias para unos y no para otros. Así que conviene tener cuidado. Por si acaso.

¿Eh...?

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