A estas alturas, y aceptada las premisas de que en no pocos hospitales de Galicia -y de España- existe un notable déficit de especialistas en algunos campos, y de que ese problema es otro de los bastantes que padecen, da la impresión de que el Sergas busca el nihil obstat social para, por lo que se ha publicado, aplicar una receta que consiste en la búsqueda de personal fuera del ámbito de la Unión Europea; y eso porque en él habría una situación bastante parecida. Otra cosa es que eso le guste a los colegios profesionales, y ya se ve en primera respuesta que no mucho.
(Algunas de las otras posibilidades, por lo que responden algunos responsables cuando se les pregunta, no ofrecen reales vías de solución; ni siquiera la de agotar las listas del paro, porque los especialistas que se necesitan no están en ellas.Y otra de las hipótesis, que sería la de recuperar a los que están ahora mismo trabajando fuera de Galicia, presenta tantas complicaciones que no parece viable para hablar de que resuelva el problema. Aparte de que habría que convencer a muchos para el retorno, lo que seguramente sería inútil si ya están ubicados con éxito.)
Sea como fuere, lo que parece claro para el Sergas es que habrá que buscar la solución en otros continentes y eso quizá suponga la necesidad de la revalidación de sus títulos, un proceso farragoso que además podría complicarse en función de los requisitos que se estableciesen y la fórmula de los contratos. Y por eso es probable que, tarde o temprano, las autoridades sanitarias y académicas acaben planteándose qué es lo que falla en la "fábrica" de especialistas, que es el sistema MIR. Porque no resulta absurdo pensar que la escasez se origina precisamente ahí.
Es verdad que el procedimiento por el que se convoca el número de plazas de Médicos Internos y Residentes es también complejo y que modificarlo a fondo para atender sobre todo las necesidades del mercado laboral puede no resultar una salida del atolladero y podría redundar en perjuicio de la formación. Pero resulta evidente, y eso plantean los profesionales, que algo hay que hacer, y que en un país donde hay superávit en varias especialidades, lo que conduce al paro o a contratos de sustitución que son ridículos, es preciso abordar reformas.
En este punto puede parecer que se rechaza la idea de "importar" los servicios de extranjeros, pero deducirlo sería un error. El punto de vista -como siempre, personal- que se pretende exponer es que antes de optar por esa vía, que siempre podrá ser complementaria, hay que plantear como prioridad el modo de dar trabajo a los titulados que se han formado aquí, o tiempo y plazas para que aquí se formen. Y como el quid está en que eso -el tiempo- no sobra y las plazas son escasas, habrá que buscar remedio temporal como quizá plantea el Sergas. Ahora bien, ¿alguien cree en serio que una oferta temporal e interina atraerá lo bastante al personal que se busca y en el número necesario? Y no hay que suponer: se trata de la salud pública y del tratamiento a los pacientes, y en eso no cabe especular.
¿Eh?
