Hace tiempo que Zapatero y su vicepresidente Pedro Solbes deberían haber respondido ante la justicia por la avería económica causada a los españoles durante el periodo 2008- 2012, que le costó al país 3,5 millones de puestos de trabajo, la ruina económico-financiera de cientos de miles de familias (incluida la pérdida de su vivienda), la quiebra de casi todas las cajas de ahorros y posterior rescate con 70.000 millones de euros de los contribuyentes, la merma de 100.000 millones de generación de PIB, además de un déficit desbocado que superó el 11%.
Todo esta ristra de desastres fue la causa de los sangrantes recortes posteriores en el estado de bienestar para retornar al déficit del 3% que nos exige la Unión Europea. También, sin duda, fue el detonador del renacimiento del populismo y del arraigo y crecimiento del nacionalismo catalán. Durante esos abominables cinco años, los avances sociales en España retrocedieron drásticamente causando desamparo y hasta hambre en algunos segmentos de población. ¿No les parecen argumentos suficientes para que los responsables hayan acabado en los juzgados e incluso en la trena?
La clase política, como tiene un concepto especialmente arraigado de corporativismo, para protegerse entre ellos, se ha inventado las comisiones parlamentarias, que no sirven para nada; acaso únicamente para dar la imagen de que se han enterado del desperfecto y hacer el paripé de que están ocupándose de arreglarlo. El caso es que a principios de este año hemos visto en el Congreso de los Diputados comparecer a Solbes declarando sin muestra de contrición: "Negamos la existencia de la crisis en 2008 para que Zapatero ganara sus segundas elecciones" (sic). Es decir que, ya en el proceso de declive de la economía y el empleo, Zapatero ordenó obviar la mala situación y no hablar de depresión, a sabiendas de que engañaba a los ciudadanos, con objeto de volver a ser Presidente del Gobierno y, claro, los integrantes ovinos de su gabinete guardaron silencio y asentimiento lanar -bee, bee- para no llevar la contraria y seguir en el pesebre. ¡Hay que j?.!
Es más, estos irresponsables, tomaron decisiones económicas y sociales conscientemente equivocadas que, en vez de atajarla y aliviarla, agravaron el efecto de la crisis y sus perniciosas consecuencias sobre la vida de los ciudadanos. Pues ya ven, algunos de estos incapaces, después de la catástrofe y llevar a España a la prequiebra, no solamente se libraron del juzgado, sino que además se fueron por la puerta giratoria como consejeros de empresas cobrando sustanciosas retribuciones. Yo creo que ahora les debe costar bastante conciliar el sueño.
