Uno: Ruinas fuera
Las ruinas de la calle Méndez Núñez, algunas de cuyas edificaciones fueron en el pasado siglo fábricas de conservas, se han convertido ya en un ingente montón de piedras encerradas en una provisional valla formada por las partes inferiores de las fachadas anteriores. Según parece, ahora le toca a las dos casas que continúan hacia el Ayuntamiento que van a ser también eliminadas por el mismo sistema. Son otras dos casas en ruina, una de las cuales tiene su pasado singular porque allí se albergó la "Academia Aboy" en la que, antes de haber colegios públicos o coexistiendo con ellos, se formaron multitud de marinenses. Con el remate de los derribos y la retirada de las piedras, quedará expedita toda la zona para crear en ella el polígono urbanístico contemplado en el Plan Xeral de Ordenación Municipal que tantos quebraderos de cabeza dio durante casi treinta años a los marinenses por la inutilidad manifiesta de los políticos de cada momento que tardaron lo suyo en aprobar tan importante documento, en teoría, ordenador del urbanismo local. Falta saber cómo quedará el cierre de toda esa zona porque nos han soplado que los técnicos municipales quieren autorizar solo una alambrada atendiendo a la provisionalidad del caso. Supongo que habrá cordura porque las provisionalidades se eternizan y no vaya a ser que el remedio sea peor que la enfermedad. Veremos.
Mes de fiesta
