Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

José Manuel Ponte

inventario de perplejidades

José Manuel Ponte

Otra vez la "leyenda negra"

La primera vez que oí la expresión "leyenda negra" fue en la clase de Formación del Espíritu Nacional, que también era conocida entre el alumnado como "política" o "falange" (solo a los falangistas o a los militantes del llamado Movimiento Nacional les era permitido hacer política durante la dictadura del general Franco. El resto de la población debía de permanecer en silencio). Según el profesor de FEN, un militar retirado con el grado de capitán, la "leyenda negra" era una invención de los enemigos de España para desprestigiar a nuestro país atribuyéndole prácticas genocidas y crueldades sin cuento durante la conquista de América y con ocasión de las muchas guerras en las que intervino el Imperio para defender la fe católica. La expresión era relativamente moderna (entre otros la empleó doña Emilia Pardo Bazán), pero la funesta costumbre de enfangar la memoria de España había comenzado en el siglo XVI. E incluso antes, en el siglo XIII, con ocasión de la expansión catalano-aragonesa por el Mediterráneo, una circunstancia que seguramente no es grata de recordar para el independentismo moderno.

Lo cierto es que, según el militar que nos adoctrinaba, el resto de los países europeos llevaban varios siglos odiando nuestra supremacía militar y política y aprovechaban cualquier suceso, real o inventado, para desprestigiarnos. Una actitud envidiosa que se prolongó en los primeros tiempos de la larga dictadura, cuando después del triunfo aliado contra los nazis y los fascistas (a los que la España de Franco, por cierto, había visto con simpatía no exenta de complicidad), los países democráticos condenaron al régimen en la ONU y acordaron la retirada de embajadores.

"Los españoles saben -dijo entonces el general en una entrevista al diario Arriba- lo que pueden esperar del exterior y lo que les enseña la Historia, que no es de ayer ni de hoy: la malquerencia contra España". Una malquerencia que toma forma de "leyenda negra" y que el dictador atribuyó, en ese momento, al "superestado masónico" que controlaba a políticos y periodistas en todo el mundo y que tenía entre sus perversos objetivos destruir España como castigo por haber expandido el mensaje evangélico como "soldados de Dios". Al menos, esa es la versión de los hechos que dio a los asesores religiosos de la Sección Femenina, según recoge documentadamente el historiador británico Paul Preston en su estupenda biografía Franco. Caudillo de España.

Viene a cuento este breve recordatorio al saber, por medio de la prensa, que la Fundación Civilización Hispánica, uno de cuyos promotores es Borja Cardelús, ex alto cargo de uno de los gobiernos de Aznar, prepara una serie de iniciativas para defender "sin prejuicios y sobre todo sin complejos", el buen nombre de la españolidad. Iniciativas que Cardelús califica de necesarias porque hasta ahora los españoles no han sabido reaccionar con fuerza. "En toda historia nacional -dice- hay páginas negras y no hay que borrarlas. Todos los pueblos han sido capaces de cometer barbaridades". Y tanto. El debate sobre el "españolismo sin complejos" está en la calle y en los medios, y a los que lo hemos padecido en nuestra etapa escolar nos produce sarpullido que rebrote. Y más todavía si es una reacción contra el "catalanismo sin complejos", otra tabarra.

Compartir el artículo

stats