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Joaquín Rábago.

360 grados

Joaquín Rábago

Culpar siempre a los rusos

Resulta ya cansado escuchar a los políticos del Partido Demócrata de Estados Unidos y a muchos a este lado del Atlántico culpar de todo lo malo que nos pasa a los "ciberataques rusos". Es una cantinela que no dejan de entonar tampoco un día sí y otro también algunos de nuestros periódicos de referencia, demasiado influidos al parecer por los medios de aquel país.

Uno de esos diarios publicaba el otro día una entrevista con el presidente del comité nacional demócrata de EEUU, Tom Pérez, en la que éste se despachaba a gusto con Donald Trump. Pérez, de claro origen hispano, calificaba al presidente republicano como un "hombre sin escrúpulos morales", que "dice una cosa hoy y otra mañana".

"Es el presidente más peligroso de la historia de Estados Unidos, inestable y una vergüenza para su nación", afirmaba el estratega demócrata. Parece que esa frase - "el presidente más peligroso de la historia de Estados Unidos"- no es sóolo justa por todo lo que ya sabemos, sino que haría además un gran titular. Pues bien, en la redacción del periódico, que es quien elige normalmente los titulares, optaron por otro: "Ocurrirán nuevos ciberataques rusos. Hay que permanecer vigilantes".

Era algo que efectivamente decía Pérez al final de la entrevista a la pregunta del periodista de si la "injerencia rusa incidió en la derrota de (Hillary) Clinton", la candidata republicana.

Los rusos "no se limitaron a Estados Unidos, sino también a Europa. Su objetivo es socavar las instituciones democráticas", denunciaba también el demócrata. Ignoro cuáles son las intenciones del amo del Kremlin en relación con Europa más allá de tratar de impedir que, desaparecida la URSS, la OTAN siga incorporando a más países del antiguo Pacto de Varsovia.

Rusia es hoy una oligarquía aunque tenga seguramente clavada la espina de haber dejado de ser la superpotencia que fue la URSS durante los años de Guerra Fría, ésos por los que muchos parecen sentir tanta nostalgia.

Tratará seguramente de interferir, siempre que pueda, en los procesos democráticos de algunos países, pero ¿es que Estados Unidos, y Occidente en general, hacen otra cosa?Y sobre todo ¿son acaso tan frágiles nuestras democracias que peligren por culpa de unos ciberataques que, con pruebas o sin ellas, se atribuyen siempre a los rusos? Uno pensaba que si peligra de verdad la democracia es por los continuos escándalos de corrupción o porque los gobiernos parecen muchas veces estar más a las órdenes de los poderes económicos que preocupados del bienestar de los ciudadanos.

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