Como estamos a principios de año, vamos a exponer brevemente nuestros deseos para este año que estamos comenzando, y que políticamente tiene un gran interés por ser un año preelectoral de municipales y autonómicas, cuestión que a buen seguro va a poner en funcionamiento la llamada "máquina electoral" de los partidos y nos van a bombardear con una serie de obras y proyectos para el próximo período electoral. Por eso, acaso convendría tener claro lo que Marín y los marinenses necesitamos, para que una vez más no nos metan "gato por liebre", es decir que no nos "engañen" con obras y proyectos que o no son realizables políticamente, o no tienen la necesidad ni la prioridad ni el interés de los marinenses, y de ello tenemos infinidad de promesas o compromisos electorales que al final no se realizaron. Todo era mera propaganda para atraer a los votantes. Por eso mucho cuidado ante un aluvión de promesas que nos van a llegar, de todos los lados, por lo que conviene estar preparados para saber distinguir, aquello que más necesitamos y su tiene más posibilidad de ser realizable.
Para este año que comienza, como realmente pocas cosas se pueden cambiar, pues todo está previsto y los presupuestos no se pueden modificar, la verdad que no esperamos muchas cosas, si acaso algún "lavado de cara" y poca cosa más. Pues los presupuestos de las administraciones, Xunta y Estado, no fueron que digamos generosas con los marinenses. Pero lo que sí podría realizarse, y ojalá así fuera, son los limites portuarios, cuyo expediente duerme en los cajones del despacho del Presidente de la Xunta, sin que nadie, pero nadie, nadie; sea capaz de darle una solución definitiva. Y eso que solo es necesario tener interés para resolverlo, pues no cuesta dinero, ni hay nada que programar, pues después de tanto tiempo ya debe estar estudiado y más que estudiado, por los que les corresponda, para emitir de una vez su resolución, ¡porque ya está bien! Solo es cuestión de voluntad y decisión, por lo que nos parece una tomadura de pelo, intolerable en estos tiempos.
No podemos olvidar tampoco, la finalización de las obras de recuperación de nuestra vieja iglesia prioral, a la que si no se le acude a tiempo, veremos el derrumbe de la torre-campanario, no muy lejano. ¡Dios no lo quiera! Por eso ya que han comenzado, es necesario y urgente su finalización, porque el tiempo apremia, y cada día la grietas "parecen mayores", y por lo tanto más cerca su derrumbe, y porque los marinenses tenemos "cerrado" nuestro primer templo parroquial, último vestigio de la época del Priorato de Osera, cuna y crisol de nuestro Marín actual, que con el trabajo y sacrificio de los marinenses consiguieron llegar a lo que hoy somos. Por eso pedimos que no caiga en el olvido y no se eternicen las obras, sino que se aceleren para tener lo más pronto posible nuestro viejo y noble templo parroquial listo para poder acoger a los marinenses que lo deseen. Al menos así lo esperamos.
