La verdad es que, si se analiza con una cierta perspectiva -al menos en opinión de quien esto escribe-, es muy posible que a la hora de hacer balance del viaje que el señor presidente Feijóo acaba de realizar a Madrid, lo más positivo sea su referencia a la intención confirmada de cumplir todo el "contrato", como él le llama, que tiene establecido con la sociedad gallega. O sea, que contra lo que muchos -de los suyos y de los otros- especulaban acerca de su posible próxima marcha a la política estatal y su aparente falta de ganas de seguir aquí, eran eso: especulaciones.
No obstante, alguno habrá que, con razón -porque en política no pocas veces las especulaciones se convierten en hechos aunque fallen el plazo- que alegue a las declaraciones del presidente que no aclara del todo sus intenciones de futuro, porque los contratos una vez cumplidos -o antes- se pueden prorrogar y la vida política cambiar de objetivos. Pero quienes practican la albertología coinciden, en general, en que su señoría considera que tres mandatos son suficientes y que no está hoy en su cabeza intentar un cuarto. Y eso es, como mínimo, respetable.
Lo dicho, conste, no minusvalora el balance práctico del viaje a Madrid, que puede considerarse positivo aunque, en justicia, cumple añadir de inmediato que muchos esperaban bastante más. Porque las visitas a ministerios como Hacienda, Sanidad y Agricultura ofrecían al menos la posibilidad de traer más cosas que la ampliación en un año de beneficios fiscales a quienes participen en el Xacobeo 2021, ampliaciones de la oferta del Imserso en balnearios gallegos o hacer del Centro Forestal de Lourizán referencia mundial -o al menos europea- de la castaña.
Conste que no se pretende ironizar, y menos aún tener por irrelevante ese balance. Las ventajas para el Xacobeo se intentaban ampliar desde hace tiempo, y la oferta turística para los mayores, como lo del Centro Forestal, resultan muy positivos. Pero el presidente de la Xunta entenderá sin duda que de Hacienda pudiesen esperarse garantías firmes de que no habrá trato de favor con los desleales, de Sanidad colaboración mayor para resolver agudos problemas como las urgencias y de Agricultura -y Pesca- algún aliento para dos sectores que están pasándolas canutas.
Es cierto, también, que hay viajes y viajes, que cada uno de ellos tiene su afán y una agenda preparada de antemano con plazos y asuntos variables y que son muy pocos, por no decir casi ninguno, los que tienen tintes belicosos o parecidos con un pleito entre administraciones. Por eso ni la Xunta debiera tratarlos como un éxito grandioso ni la oposición calificarlos de "rendición" o de fracaso. Por lo que se sabe, y dicho todo lo dicho, cabe concluir su balance como normal dentro de lo que cabe; algo que podría considerarse como una definición a la gallega, y exactamente eso es lo que es. Entre otras razones porque no falta a la verdad.
¿Eh??
