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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

El movimiento

El señor presidente Feijóo, que no tiene un pelo de torpe y sabe donde se ganan las elecciones y donde se pierden, ha hecho un discurso en una cooperativa ubicada en la provincia de A Coruña en el que afirmó que "algo se mueve" en el mundo rural gallego. Naturalmente quiso decir que el movimiento -con minúscula, para evitar suspicacias- es hacia adelante y lo refirió a todo el sector primario del antiguo Reino, que es el que peores datos ha ofrecido casi todos estos años en el conjunto de la economía gallega, reiteradamente denunciados por la oposición sindical y política.

Por aquello de la habilidad y su conocimiento de que lo medible no es opinable, su señoría aportó a la audiencia cifras y estadísticas que parecen certificar su afirmación fundamental y, en consecuencia, el éxito de su programa dirigido al sector agropecuario y de forma especial al lácteo al que exhortó a consolidar su adaptación a las nuevas demandas del mercado y su tasa de valor añadido. Citó el aumento -un 9%- en el precio de la leche y resumió el aumento de la facturación del pasado año, concretándola en 775 millones, que es una hermosa cifra.

Se ha dejado dicho, también, que don Alberto Núñez sabe muy bien que las elecciones se ganan en las ciudades pero se pueden perder en el rural, y probablemente por eso escogió el lugar y el momento para dirigirse al segundo -del que puede llegar la derrota- para replicar sin que lo parezca los argumentos de la izquierda con datos, y a la vez al urbanita, que oye, lee y ve con más frecuencia las críticas, esgrimiendo números ciertos y cuidadosamente escogidos para evitar los peligros que surgen de cuando en cuando al confrontar la retórica con la aritmética.

(Cuanto se expone es, por supuesto, una opinión personal, pero resulta probable que la pieza operatoria que se comenta pudiera servir de referencia en la cumbre que el PP mantendrá este lunes al parecer para buscar mejoras en su comunicación con los ciudadanos. Y el presidente gallego marca el camino manejando con pericia lo concreto sin ocultar aspectos en los que hay que mejorar porque con lo hecho no basta y aún falta bastante para hablar de éxito. Un método, el empleado en A Coruña, que en estos tiempos aporta más credibilidad que la euforia.)

Desde este punto de vista, y sin pretensión alguna de caer en la descortesía de dar consejos a quien no los necesita, el señor presidente quizá debiera dedicar más tiempo a ese sector agropecuario que ahora mismo, y a pesar de todo, padece unos cuantos de los más graves problemas con que se enfrenta el país, desde la crisis demográfica hasta los incendios, pasando por las plagas y la larga sequía, aliviada pero no resuelta por las lluvias actuales. Una atención que no debe traducirse como desconfianza en el trabajo de la responsable, sino refuerzo de una tarea que ahora mismo está entre las más duras de la Xunta. Y que ha de ocupar mucho tiempo y esfuerzo no en beneficio electoral del PP sino en el interés general de Galicia.

¿O no??

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