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Santiago Lago Peñas.

Elecciones catalanas: El futuro

Me encuentro entre los sorprendidos por los resultados. Mi pronóstico es que los independentistas se situarían cerca de los 60 diputados y eso sería un paso más en la normalización de la tensión política y social. Había tres factores que me empujaban a pensar así: el incremento esperado en la participación, la no reedición de la coalición electoral de Puigdemont y Junqueras y la constatación de que lo que está ocurriendo en Cataluña está generando costes económicos que irán a más si la incertidumbre se dilata en el tiempo. El trinomio no ha sido suficiente y los resultados muestran una situación de empate técnico entre ambos bloques que se resuelve a favor del independentismo en términos de escaños. Fundamentalmente, porque el sistema electoral español y los autonómicos premian a las provincias menos pobladas y más rurales; también ocurre eso en Galicia.

La situación es realmente compleja. Los independentistas se sitúan claramente por debajo de aglutinar una mayoría cualificada (al menos de dos tercios) para sustentar democráticamente una secesión. Pero son más que suficientes para gobernar la Generalitat. En contraposición, el Gobierno central ya ha dejado claro que no va a dar un paso atrás y el artículo 155 estará en aplicación el tiempo necesario.

Por tanto, solo dos escenarios parecen posibles. El primero es que el conflicto se enquiste. Si los partidos independentistas perseveran en el proceso de secesión y el Gobierno central se opone con la contundencia mostrada hasta hoy, 2018 volverá a ser un año en el que la crisis catalana paralice la vida política española y las múltiples reformas necesarias; y un ejercicio de desaceleración económica. El segundo es el escenario de la negociación y el pacto. Un camino sin duda difícil y no exento de costes, porque exige acercar unas posturas hoy muy distantes antes ya de sentarse.

2018 comienza mal, pero puede mejorar si en Cataluña vuelve a imperar el "seny". Mientras tanto, ejerzamos el sentidiño en el resto de España y no le hagamos el juego a quienes apuestan por el boicot a Cataluña en distintas facetas.

*Director de GEN

(Universidad de Vigo)

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