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Ánxel Vence.

Crónicas galantes

Ánxel Vence

Exhibicionismo a la española

La mitad de los españoles practica la fornicación en público. La otra mitad se limita a no contar trolas a los encuestadores.

El sensacional dato lo ofrece un portal de estadísticas de internet, que ha llegado a esa conclusión tras hacer una encuesta online entre seis mil personas. Se supone, aunque no es seguro, que la otra mitad opta por entregarse a la sana lujuria en privado. De lo que habría que deducir que España mantiene un alto nivel de prestaciones eróticas, pese al franco envejecimiento de su censo.

Esto contradice la antigua opinión según la cual vivíamos en un país más bien mojigato en el que encamarse con alguien no constituía un pecado, sino un milagro. Jardiel Poncela precisaba, fanfarroneando un poco, que no era cierto que en España se hiciese poco el amor. "Lo que pasa", aclaraba, "es que lo hacemos siempre los mismos".

Cierto es que el país ha cambiado muchísimo desde los remotos tiempos de Jardiel; pero aun así cuesta creer que uno de cada dos españoles prefiera fornicar en la calle a hacerlo en el ámbito privado de la casa.

Quizá suceda que lo que en realidad se practica aquí con soltura es el sexo oral, coloquialmente llamado de boquilla. Nos ocurre como a aquel feligrés del chiste que le narraba con detalle al cura los innumerables pecados de la carne que había cometido con la mayoría de las chicas de su pueblo. Hasta que el clérigo, un poco harto de tanta jactancia, decidió interrumpirle. "Oye, hijo, que aquí viene uno a confesarse, no a presumir".

Cuando a un español -no digamos ya a un italiano- le ofrecen la posibilidad de contar sus aventuras más o menos imaginarias a un encuestador, no es infrecuente que entre en juego la fábula. Eso explicaría el sorprendente rendimiento que atribuye a los peninsulares una encuesta patrocinada por cierta famosa marca de condones. Las damas y caballeros de España consultados al efecto aseguraron mantener una media de 105 coitos anuales, diez puntos por encima de la pobladísima China. Y ligeramente superior a la performance de los otrora admirados suecos, noruegos y daneses.

El líder mundial, dicho sea de paso, es Grecia; lo que tal vez indique que la tendencia a fantasear de los helenos no se reduce solo a las creativas cuentas que presentaban años atrás a la Unión Europea.

Bien está que los españoles consultados sobre sus hábitos íntimos quieran dejar bien alto el pabellón nacional; pero tampoco conviene excederse. Parece de alto riesgo, en todo caso, el hábito de dar rienda suelta a la pasión en las calles, parques y alamedas de un país erizado de cámaras por todas partes como éste.

Los jerarcas de Google tuvieron que eliminar, de hecho, algunas de las fotos tomadas por esos coches fantásticos que tienen rodando por el mundo para crear una cartografía minuciosa y casi mágica de todas sus calles.

También puede ocurrir que a los partidarios del sexo al aire libre les motive precisamente la posibilidad de ser vistos mientras homenajean a Venus. Maravilla un tanto, si acaso, que la mitad de la población española esté atacada por esa curiosa variante del exhibicionismo en pareja (o en trío, que esto no lo aclara la encuesta). Suponiendo, claro está, que no le estén echando más imaginación de la conveniente al asunto. Menos coitos, Caperucita.

stylename="070_TXT_inf_01"> anxelvence@gmail.com

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