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El independentismo resiste

Como era de prever, las elecciones convocadas en Cataluña, tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución, han arrojado un resultado que no solo no resuelve la crisis allí planteada, sino que mantiene vivo el conflicto entre las fuerzas independentistas y las constitucionalistas. Con ganadores y perdedores claros.

Cabe destacar, entre los primeros, a los Ciudadanos de Inés Arrimadas, al ser capaces de ganar en unas elecciones en las que siempre habían vencido opciones nacionalistas (ahora, independentistas). Sin embargo, no deja de ser una victoria simbólica, conseguida a base de jibarizar al PP y que no permite una alternativa constitucionalista, tras el escaso crecimiento de los socialistas de Miquel Iceta (un escaño más que en 2015), muy por debajo de las expectativas iniciales de campaña.

El ganador claro (pese a quedar segundo), ha sido el presidente depuesto de la Generalitat y ahora residente en Bruselas, Carles Puigdemont, cuya personalista fórmula política (Junts per Catalunya) ha sido capaz de sostener la mayoría absoluta en escaños de lo secesionistas, quedando por delante los favoritos en dicho bloque, Esquerra Republicana de Catalunya, que tampoco cumplieron con la etiqueta de favoritos con la que partían al convocarse los comicios.

Y, por último, el gran derrotado: el PP y su presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. No solo su formación se ha convertido en una fuerza residual, en Cataluña (3 escaños, de 135), sino que la aplicación del artículo 155 de la Constitución ha sido desautorizada (ya que las fuerzas contrarias al mismo, incluida la marca catalana de Podemos, han logrado el 55% de votos). Veremos con qué mimbres encaran, unos y otros, una situación que aún es más complicada que antes de las elecciones.

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