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La semana de A Ferrería

El juego del Lores-Radar

Con la llegada de la Navidad a la Policía Local de Pontevedra le van a regalar un radar para complementar al "multamóvil" y así disfrutar de un juego mucho más completo que el del "Poque-Radar" de Pokémon Go.

La nueva aplicación del alcalde Miguel Lores y el jefe de la Policía Local, Daniel Macenlle, está mucho más actualizada y tratará de avistar a un conductor maldito que circula a 38 o 40 kilómetros por hora por las avenidas y calles del centro declaradas Zona 30.

El gobierno del BNG que ha venido presumiendo durante todos estos años de que Pontevedra es una ciudad en la que no se registran accidentes mortales; de que los lombos han ayudado y mucho a controlar la velocidad en las calles; y de que tenemos unos conductores responsables, nos aporta ahora una novedad en busca de un mayor número de capturas que se traducirán en multas y por consiguiente en una mayor recaudación con el objetivo de hacer el juego más ameno y que el ciudadano pueda así disfrutar más de la conducción al tener una mayor dosis de intriga y emoción.

Hay que reconocerle al Concello el gran acierto de la medida, una vez que conducir por la Zona 30 se estaba haciendo ya aburrido de más, al tener el conductor controlados los lombos convirtiendo en rutinaria su conducción diaria.

Serán muchos los jugadores-conductores que se preguntarán qué mal han cometido para tener semejante castigo, ahora que ya dominaban el juego. Entienden que de poco les ha valido ser respetuosos con las normas de circulación, haber aceptado los lombos cada cincuenta metros en nuestras calles con suma paciencia, y hasta respetar los pasos de peatones como en pocas ciudades se hace hasta el punto de que Pontevedra es un ejemplo en España por su escasa siniestralidad. Como premio ahora van a recibir multas a diestro y siniestro.

La ejemplaridad en la conducción no ha surtido efecto en el gobierno de Lores que busca complicar la partida. La Policía Local, que se encargará del manejo del radar viene a insinuar, a través de su jefe, que solo se multará a aquellos conductores que excedan con mucho los límites de velocidad, en una ciudad donde circular a 60 es casi dejarte la carrocería atrás a causa de tanto paso elevado. La disyuntiva es creer al intendente jefe o aplicar la desconfianza propia del gallego en estos casos. Más bien, toca lo segundo.

El buen y precavido conductor no estará libre de multas, porque ser capaz de circular a 30 por Orillamar conlleva que los coches circulen por el carril derecho y los ciclistas adelanten por la izquierda, con el ánimo de darle emoción al juego.

Por eso, si usted recibe una carta con una fotografía de la parte trasera de su vehículo donde se le indica que ha sido capturado por ir a 38 o 40 kilómetros por hora por las avenidas de dos carriles de la ciudad o camino de Monte Porreiro o Montecelo, sea cuesta arriba o cuesta abajo, no se quede con cara de alelado.

Si acaso piense que el juego del Lores-Radar, adquirido hace cuatro años y que ha sido mejorado con nuevas aplicaciones, le ha superado y que por tanto debe seguir perfeccionando su conducción. Suerte.

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