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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

La retasación

A estas alturas, y dicho sin acritud, es de suponer que exista -siquiera por vergüenza ajena- en la Xunta quien se sonroje cada vez que oiga la cantinela publicitaria según la cual en Galicia "baixan os impostos". Y es que para cualquiera que sepa interpretar, la noticia que publicó este periódico es de las que hacen época: "Facenda" -escribía- "aumenta en 2.600 millones el valor declarado de inmuebles y negocios para aplicar sus impuestos".Y para evitar malos entendidos, ha de aclararse que sí: la cifra es de dos mil seiscientos millones. No hay error.

Ítem más y otrosí añadía FARO DE VIGO, que "solo en ventas y herencias de viviendas, la retasación supera los 1.400 millones de euros", y que la subida media sobre las empresas asciende al 35 por ciento. Y, antes de que alguien pueda salir al paso de semejante susto con argumentos de Rocambole, conviene insistir en que estas cifras y porcentajes corresponde a los cuarenta -más o menos- años de la autonomía.Aunque más reciente es otro ejemplo de la "generosidad fiscal" del Gobierno gallego: se anuncia la creacíón, para quien tenga barco, y aparte los impuestos que gravan la compraventa, de una tasa "por fondear". Cáspita.

O sea, que no solo sería improcedente afirmar que Galicia no actualiza sus impuestos sino que estiran, sus responsables, la imaginación para crear otros nuevos. Eso sí, el "ahorro" en los servicios públicos -Educación, Sanidad, Transporte, etcétera- que durante la crisis justificaban los recortes por el descenso de ingresos, se mantienen pese a que ellos mismos dicen que el bache terminó. Ahora, y tras aumentar el negocio con el mar y los ingresos con nuevas valoraciones que aún están por justificar, lo menos que podrían es cambiar sus eslóganes. Para no mentir.

Claro que estas cifras y estadísticas, que quizá algunos interpreten solo en clave de "progreso y prosperidad", deberían analizarse también en relación con otras que se relacionan con las vidas y haciendas de los gallegos/as, por ejemplo las medias salariales de este antiguo Reino, varios puntos por debajo de las estatales, lo que hace que las pensiones, que no son un regalo del Estado sino un derecho adquirido, resulten aquí "estrechas". Y que, en consecuencia, permitirían matizar el mensaje oficial de que en Galicia todo, o casi, marcha como la seda.

Y no se trata de negar que muchas cosas van mejor, que existe aquí una estabilidad política que otros añoran o descalifican, suspendiendo global e injustamente, en opinión de quien escribe, la gestión de la Xunta; tan solo de reclamar un poco más de autocrítica -hay quien lo llamaría humildad- y algo más de simceridad, sin disfrazar las cifras. Como hizo verbigratia el conselleiro de Facebda que, al presentar este lunes los Presupuestos Generales de la Comunidad para 2018, habló de la creación de miles de empleos cuando la gran mayoría corresponde a interinos de la Administración que pasarán a fijos. Y que ya no estaban en las listas del paro.

¿No?

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