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El bosque, nuestro futuro

Una reflexión tras los devastadores incendios del noroeste de la Península

Una máquina perfecta. Así definía el bosque el presidente del Instituto Forestal Europeo (EFI), el barcelonés Marc Palahí, residente en el país de los bosques, Finlandia, un día después de apagarse los incendios en decenas de miles de hectáreas de Galicia, Portugal y Asturias. Lo declaraba en un programa de Radio Nacional de España. Comentando los desastres ecológicos ocasionados por los impresionantes, tristes y nefastos fuegos, que ocasionaron decenas de muertos, Palahí anunció una cumbre internacional a celebrar el próximo mes de diciembre a la que han confirmado su asistencia importantes banqueros, directores de empresas en materia de biotecnología, políticos y especialistas en temas de naturaleza, tecnología sostenible y prevención de incendios.

La interesante reunión estudiará métodos para generar riqueza en zonas rurales, sistemas para gestionar mejor la producción del campo, las salidas que propone la tecnología nueva y los beneficios que comporta la obtención de la biomasa que reduce el riesgo de incendios. El congreso se interesará en profundizar en los proyectos actualmente en marcha sobre la explotación de la masa forestal europea donde hoy por hoy se calcula que existen unos 160 millones de hectáreas de bosque.

El EFI tiene como proyecto la progresiva sustitución de la energía producida por materias fósiles por una energía de origen biológico. Intenta luchar contra la despoblación de las zonas rurales, en gran parte por estar mal gestionadas, implantando un sistema de bioeconomía que haga sostenible la producción en todos los ámbitos. Permutar utensilios no renovables como el cemento, el petróleo, el acero, el poliéster, el plástico y otros derivados de los fósiles por materiales de origen biológico. Materiales renovables que reduzcan las emisiones de dióxido de carbono, el CO2, el llamado gas invernadero, y que lo capturen. La biotecnología hoy puede trasformar las fibras forestales en productos robustos, desde bienes textiles a sustancias más resistentes que el acero con las que se pueden construir ya rascacielos, automóviles, aviones y otras variadas máquinas, todo con biomateriales procedentes de la fibra de madera.

Además, según datos mencionados por Marc Palahí, los arbolados europeos captan ya el 10% de todas las emisiones de CO2 producidas en el continente: "Todos los bosques de Europa absorben el dióxido de carbono que las industrias del cemento y del acero emiten anualmente". Señala el Instituto Forestal Europeo que en los últimos treinta años, con la continua gran despoblación de las zonas rurales, ha aumentado bastante la superficie forestal no gestionada y el futuro está en revalorizar esos macizos arbóreos dándoles una viabilidad económica a través de una industria forestal potente, desde una bioeconomía que remplace la economía basada en materiales fósiles al tiempo que se soluciona el problema de los incendios forestales.

En España le superficie forestal ha aumentado un 30% en los últimos 25 años. Galicia, Asturias, Soria suman casi tanta como Portugal, que es rico en zonas boscosas. La diferencia está en la gestión y cuidado de ese patrimonio. En Finlandia, con estrictas leyes forestales, un 15% de los fineses posee su bosque y lo mima. Los sorianos se ufanan de su gestión y velan por su riqueza forestal. Portugal, por el contrario, apenas registra la propiedad de sus bosques. Así, la gestión y los recursos contra incendios es radicalmente distinta en cada paraje. Los recientes fuegos en Galicia y Asturias han promovido la solidaridad que puede traducirse en un mayor enfoque protector hacia el árbol.

Por otra parte, si la tecnología digital destina menos masa forestal para papel, ese capital maderero irá a la fabricación de biomateriales que son renovables, que se uniría con las energías solar, eólica, mareomotriz, geotérmica... El presidente del EFI dice que el organismo busca un cambio de paradigma económico para alcanzar un futuro sostenible para próximas generaciones. Por eso la gestión forestal jugará un papel transformador de este cambio de paradigma y mudará la economía cimentada en materiales fósiles por una de naturaleza biológica que sea motor de crecimiento económico, que pueda prosperar dentro de las fronteras sostenibles de este agotado Planeta.

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