Desde su creación, el Servizo de Gardacostas de la Xunta no se ha distinguido por la carencia de denuncias de enchufismo. Estas continúan y la portavoz del BNG para asuntos de pesca, Montse Prado, pone otra vez en el candelero un hecho que debiera haber sido desterrado hace tiempo.

Prado puso reparos al decreto de Ordenación e Funcionamento do Servizo de Gardacostas aprobado por el Consello de la Xunta el 28 de julio porque, en su opinión, "abre la puerta a la precarización y al enchufismo en detrimento del criterio de profesionalidad". Porque no pretende dicho decreto, señala Prado, ninguna mejora para corregir la precariedad laboral, ni tiene en cuenta la singularidad de este trabajo. Por contra, "aumenta el modelo de jerarquización a dedo, precariza las competencias de los agentes" y deja entrever que prima el criterio político sobre aquello que la legislación pesquera pone en manos de los agentes como recurso válido. Todo ello, aclara Prado, para salvaguardar los cargos de libre designación e "imponer un modelo jerárquico no por capacidad y mérito sino por criterios de afinidad política".

El Servizo de Gardacostas pasó por muchas vicisitudes. En caso de una actuación irregular de un pescador o mariscador -por ejemplo- levanta acta de la posible infracción y aquí finaliza, en la práctica, su ejecutoria. Decide "el de arriba" y el agente pierde su conexión con el caso. No así el propuesto para una presumible sanción, que fija en su retina la cara de quien propone la sanción y lo relacionará siempre con el hecho de pagar por su acción incorrecta. Pero es que tampoco en la jerarquización del Servizo existe la conexión debida entre el mando y el subordinado, tal vea consecuencia de lo que la diputada nacionalista denunciaba hace unas semanas. Si hay precarización, es posible corregirla. Otra cosa es que se quiera hacer. Y el enchufismo también se puede evitar. Pero quien "enchufa" perdería la posibilidad de ejercer políticamente esa lacra que tanto daño causa a la credibilidad de un servicio necesario y obligatoriamente "limpio".

El dedo, para sostener el bolígrafo. Los enchufes, para lograr la luz. La jerarquía, en orden a los valores de quien la ostenta. Al fin y al cabo, los guardacostas están para ejercer sus funciones y saben que donde hay patrón, no manda marinero.