Yo he visto masas de decenas de miles de personas en la Plaza de Oriente reafirmando a Franco y su referéndum, y en primera línea masas de decenas de miles haciendo cola para despedirle en sus funerales, como hemos visto masas enteras apoyando en Irán a Jomeini o a Hitler en sus desvaríos. ¿Justifican las masas, sean o no turbas desatadas, la legalidad y la democracia como pretenden ahí en un lugar del norte? Por fortuna en Vigo no se invocan estos días a las masas sino a las musas porque estamos en pleno ecuador del Festival Kerouac de poesía que un día imaginaron Marcos de la Fuente y Vanesa Álvarez y cada año, y van 7, es más potente.

¡Es el Kerouac, hombre!

Por Vigo andan, además de poetas foráneos, otros nuestros como Francisco Fernández Naval, Cynthia Menéndez, Lupita Hard, Meraquia, Alberto Bernedo, Miguel Ángel Alonso, Ruth Oliveira, Jack Varmen, Xan Solo, Compostela, Helen Bertels, Lover of Love, Mr. Vudú, Iria Bragado, André de Oliveira, Teatro del Palo, Wordnoise, Pólvora, Kedro y Jesús Quereizaeta... El latido de Vigo es en verso y al ritmo del Festival Kerouac, que trae a Vigo poetas y artistas de varios países para facilitar el encuentro y no propiciar, como otros hoy en el candelero político, el desencuentro. Por nuestras calles anda el Poemóvil, se oye a poetas en nuestros colegios y en los barcos que cruzan la ría; hoy poco antes de las 19.00 horas se inaugura junto al museo Marco (c/Londres) el Muro de los Poetas, poetas recitarán después en el MARCO y a las 22.00 horas en el pub La Fiesta de los Maniquíes. El Festival Kerouac es un tsunami pero no de gritos desabridos y pancartas de ruptura sino de la palabra escrita, hablada, cantada y acompañada de música, visuales, performance o pintura. El sábado, como sorpresa entre otras, María Oroza, la hija de Carlos Oroza, que se nos fue hace poco. Y el domingo, sesión de poético vermú a las 12.30 en Progreso, 41.

Unánimes ante el MARCO

Ayer estuvieron firmando y leyendo textos en público la decana de Bellas Artes Silvia García, los artistas Menchu Lamas, Antón Patiño, Huete, Din Matamoro, Silverio Rivas, Marisa Sobrino, Carmen Nogueira, Berta Cáccamo... Hoy lo hará gente como Ramón Soto y Antón (Vértixe) , Ana Pereira, Diego Santomé, Ana Pereira, Margarita Ledo, Antía Cal con sus 94 años, Vanesa y Marcos de la Fuente, Julio Gómez (Sinsal), María Xosé Queizán, Inma López Silva... Se trata de un movimiento, una voz surgida de la propuesta de la asociación Amigos del Museo Marco que preside Daniela Sarraíno para que desde el Ayuntamiento no cambien como se teme la anterior línea de programación cultural del museo vigués, tan abierta a los nuevos lenguajes del arte contemporáneo y por ello espacio de cita hace años de las voces más jóvenes de la creación internacional. El alcalde Caballero, que tanta complicidad ha sabido desarrollar con amplios sectores de esta ciudad, no debiera desoír esa reclamación unánime que avala lo mejor de nuestra inteligencia artística. Sería una pena que perdiera ese espacio de conexión con lo más granado de nuestra creación, de jóvenes a veteranos, y que de paso lo perdiera Vigo si se adopta una política museística del perfil del que tenemos en Castrelos.