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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

El aniversario

Uno de los datos que más llama la atención en el ejercicio del oficio político es la facilidad con la que sus profesionales aciertan a ver la paja en el ojo ajeno sin percatarse de la viga en el propio. Y eso cuando se esfuerzan, porque a veces ni siquiera hay una brizna, lo que obliga a esos "observadores" a inventársela sin más o a interpretar qué es lo que no es. Por ejemplo cuando, en el primer aniversario de la tercera mayoría absoluta del PP acusan sus opositores al presidente Feijóo de ser sólo "un mero delegado" del gobierno central y de que "ni en eso es "eficaz".

Ahora mismo, y en opinión personal, no parece que el reproche sea exacto, como tampoco que quienes lo hacen estén sobrados de autoridad, y menos aun de autoritas, para ejercer el oficio de Torquemada. Porque el reproche, formulado por el coro de podemitas de aquí, mueve a risa cuando ellos, cada vez que oyen la voz de su amo, se ponen firmes y ni rechistan. Y ya ni se diga del PSOE gallego, si es que existe, que en los últimos tiempos "traga" con todo lo que llega de Ferraz como los antiguos catecúmenos atendían las prédicas del párroco.

(Es posible que en términos teóricos el BNG y En Marea pudieran librase de esos reproches, porque al fin y al cabo son los únicos que en la izquierda no están orgánicamente en dependencia de ninguna otra fuerza central. Pero si hay que ser sinceros, y conviene, no son pocas las veces que han tomado decisiones relativas a Galicia que más bien diríanse redactadas y dictadas en alguna oficina de cualquier calle de Madrid. Y ejemplos hay -y no pocos- que podrían citarse si esta fuese, que no lo es, una Causa General a todos aquellos que presumen de lo que no son.)

Por lo que corresponde al papel realizado por el propio presidente Feijóo en este su aniversario, parece obvio que hay de todo, y si se juzga por las encuestas y sondeos que hasta ahora, publicados o no, se han realizado, podría decirse que apenas nota desgaste incluso a pesar de que sigue evitando la autocrítica. La mayoría de los gallegos/as creen que el balance es bueno o muy bueno, y si se exponen muchas cifras, oficiales o no, que se han publicado, resulta evidente que el balance es más que bueno. Quizá no tanto como sus incondicionales aseguran e interpretan, pero desde luego mucho mejor que el de la izquierda.

Desde un punto de vista personal, y con permiso del celebrante, quien escribe habría de especificar dos "peros", además del referido a la ausencia de autocrítica- a la hora de la calificación. Uno, no haber sabido -o querido, quizá por lealtad al partido- hacer valer con mayor fuerza el hecho de que Galicia sea la única comunidad española con mayoría absoluta, y del PP, aunque se deba seguramente sobre todo a don Alberto que a su partido. Dos, mantener pendientes asuntos de gran transcendencia para este antiguo Reino y que de no afrontarse pronto causarán daños irreparables. Pero ese, que es un defecto de actuales y pretéritos, no obliga a suspender de oficio al examinando.

¿ Eh??

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