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¿Cerrar puertas al viento metropolitano?

Ya falta menos para conocer la resolución judicial del recurso interpuesto por la Xunta contra la constitución del Área Metropolitana de Vigo (AMV). Todo indica que se agota el tiempo para que esta institución siga paralizada por una suspensión judicial. Quizás la intención de este pleito pretendía cumplir la función de encerrar el viento metropolitano, sin tener en cuenta que esta entidad intermunicipal tiene legitimidad social y es una realidad socioeconómica forjada desde hace mucho tiempo. Tratar de impedir la legalización del entramado metropolitano sólo es posible si se mantienen los viejos criterios de la institución judicial como una articulación más del poder político. La conformación de la mesa de edad junto con la dudosa elección de dos consejeros municipales son un obstáculo menor en este trámite legal para la legalización y funcionamiento del Área. Además, la Ley no siempre es amenaza de sanción.

La suspensión del acto de formalización del ÁMV no impide seguir trabajando sobre el análisis de las dinámicas urbanas y la organización del futuro territorio intermunicipal: preparando la planificación estratégica de desarrollo a medio plazo, la creación de las bases de la nueva administración, la operatividad del nuevo transporte colectivo, preparar la coordinación de una estrategia económica y social ante la crisis? Pero sobre todo, hay que aprovechar este impasse legal para impulsar en los municipios metropolitanos una reflexión estratégica que defina las líneas globales de actuación, con la participación intermunicipal, instituciones y la sociedad civil. Hay posibilidad de confluencia en las reflexiones de las nuevas dinámicas urbanas, ambientales y socioeconómicas que configuran la nueva realidad metropolitana de la actualidad. Por eso estoy convencido de que, si queremos todos, podremos lograr un gran acuerdo metropolitano: concellos y Xunta, partidos políticos de izquierda y derecha, defendiendo unitariamente mejor que por mayorías, un área metropolitana para todos y no como resorte estratégico electoral.

Confío en el aparato judicial y sus decisiones y en la visión de futuro de quienes dictaminan este caso con una perspectiva de gran horizonte, no transitoria, que vaya más allá del alcance que las próximas elecciones. La legalización del Área Metropolitana de Vigo va a suponer un paso de gigante para nuestros pueblos y la confianza en el régimen de garantías institucionales. Tengo plena confianza en la legalización del AMV y descarto en este caso la politización de la justicia, no sólo porque la justicia tendría créditos que perder mientras que la política se quedaría sin área metropolitana durante un tiempo. Reconozco la limitación que tiene la independencia del poder judicial frente al impresionante control político, pero los protagonistas deben ser los políticos no los jueces.

*Publicista

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